En nuestro rincón aquellos que den la batalla cultural contra el pensamiento único siempre tendrán cabida. Hoy acogemos a uno de esos guerreros.
Charlamos con Javier Negre, periodista que saltó a la fama a raíz del exitoso canal de YouTube ‘Estado de Alarma’, del que es director y fundador. Javier ha bautizado a su canal como el que más inquieta al gobierno socialcomunista de España.
Si quieres escucharlo hazlo aquí:
Supongamos que se encuentra ante un auditorio que le desconoce por completo. ¿Cuál sería su carta de presentación?
Soy una persona que persigue la verdad por encima de todo, que ama su profesión y que ha renunciado a una situación de confort en un gran periódico como es ‘El Mundo’ por impulsar un proyecto libertario, sin precedentes en España, con cero euros…Y que ahora mismo se ha convertido en esa lucha de David contra Goliat.
David es un medio low cost, que se llama ‘Estado de Alarma’, un canal de YouTube que ahora mira de tú a tú a más grandes terminales mediáticas del gobierno socialcomunista. En España tenemos un problema de privación de libertades, un Ministerio de la Verdad que está apuntando a los periodistas. Nosotros estamos en el punto de mira.
Ante todo soy un buscador incansable de la libertad y de la verdad por encima de cualquier ideología.
¿Le gusta generar polémica?
Sinceramente no. Aunque soy consciente de que mi forma de entender el periodismo en una España, periodísticamente hablando, más conservadora puede ser considerada de polémica. Desde que era un becario en el ‘El Mundo’ me ha gustado arriesgar mucho, titular de forma contundente, viral. Tengo esa capacidad de ver los temas que gustan a la gente, tanto de política como de sucesos.
Pero la polémica no la busco. A veces me llega a mí. Hay muchos medios digitales que usan mi nombre para atraer lectores. Están continuamente atacándome y estigmatizándome, incluso medios que puedan estar a favor, porque Javier Negre y otros periodistas, como pueda ser Cristina Seguí, ya generan lectores hagan lo que hagan. Salgo a la calle y cruzo en rojo y ya sería trending topic.
Mi vida ya es pública, para bien y para mal. Mucha gente me apoya en la calle. En las redes la izquierda radical me pone a parir, pero en la calle las muestras de apoyo y agradecimiento que recibo son continuas. Casi nunca me han insultado, más allá de País Vasco y Cataluña.
El resumen es que a veces no busco la polémica sino que me llega a mí.
“Mientras las críticas vengan de etarras, separatistas o de los socialcomunistas son una medalla de guerra.”
¿Le afecta la crítica?
Al principio sí. Cuando empecé a ir a televisión me afectaba todo. Llegaba a mi casa rayado por lo que leía en Twitter. Pero tuve una serie de episodios en mi vida… especialmente el cáncer de mi madre, que me hicieron ver la vida con otros ojos. Pensar que no todo es trabajo, aunque es cierto que dedico la mayor parte de mi día a ello.
La crítica no sólo no me hace daño sino que me hace más fuerte. Cuando la izquierda radical me ataca con contundencia y virulencia es porque estamos haciendo algo bien. Cuando ‘Estado de Alarma’ no para de ser criticado por los medios de izquierda que cobran subvenciones del Gobierno es porque estamos en el camino correcto.
A mí me preocuparía que me criticase gente de VOX, del PP o incluso de Ciudadanos. Ahí sí me lo replantearía. Pero mientras las críticas vengan de etarras, separatistas o de los socialcomunistas son una medalla de guerra.
¿Qué piensa de los líderes de opinión de este país? Los periodistas referentes como Ferreras.
He de reconocer que Ferreras, como propagandista, es un magnífico profesional. Ha nacido de los tentáculos del PSOE y del grupo PRISA. Luego tuvo la gran habilidad de crear una televisión como ‘La Sexta’, para un nicho de mercado muy concreto, que era Podemos y la izquierda radical. Creció sobre todo a raíz del 15M y gracias al apoyo del Partido Popular, que favoreció la fusión entre Antena 3 y la Sexta.
Es un periodista sectario y manipulador pero tiene mérito lo que ha hecho: Crear un producto ideológico que mueve muchísimos votos y muchísima influencia y que incluso partidos como el PP sienten especial predilección por ellos cuando han tratado de aniquilar al propio Partido Popular. Es una persona que no se esconde y tiene claros sus objetivos.
Él ha dicho públicamente que quiere una televisión de izquierdas para gente de izquierdas. Eso no es “más periodismo”. Eso es, como decía Melchor Miralles, periodismo de rodillera para el PSOE y el gobierno socialcomunista. Pero he de reconocer que incluso hay compañeros en la izquierda que me ponen a parir que tienen su mérito. Valoro a toda persona capaz de generar una audiencia y ser líder.
Sus métodos no me gustan. Cobrar publicidad institucional cuando España está en crisis no me gusta pero para eso también hay que valer. Y él ha sabido moverse muy bien en las esferas del poder, presionar al Partido Popular, al PSOE… Es una persona muy influyente en su segmento ideológico.
Personas de ese estilo tontos no son pero yo el titular que doy sobre Ferreras es que es un periodista sectario y manipulador, que nos vende la moto de que hace “más periodismo” cuando todo lo que hace es “menos periodismo”. Atacar siempre a la derecha y minimizar los errores de la izquierda. Sólo hay que ver cómo han tratado tanto él como sus colaboradores la gestión del coronavirus y cómo trató la del ébola. Es un trabajador incansable al servicio de la mentira.
¿Cree que la sociedad es capaz de diferenciar entre opinión pública y opinión publicada?
Ahora mismo la sociedad ya no es capaz de distinguir nada. Hay un batiburrillo de información y redes sociales. La información está sobredimensionada pero estamos en una España polarizada, donde la sociedad es ya incapaz de distinguir nada y lo único que hace es seguir a lo que ellos creen que son sus referentes.
Ferreras, haga lo que haga será odiado y menospreciado por el público que puede votar a VOX o al Partido Popular, haga lo que haga siempre va a estar mal visto, aunque haga una iniciativa solidaria. Haga lo que haga yo, jamás voy a convencer a nadie de Podemos, aunque diga que Pablo Iglesias es el mejor vicepresidente de la historia. Se ha creado tal contexto social de máxima polarización política y económica que es imposible convencer a la opinión pública como un todo.
Ahora los votos son como nichos de mercado, no hay un centro ideológico claro. Está la derecha por un lado y la izquierda por otro. A raíz de esta crisis que estamos viviendo con el coronavirus y de la crisis económica , que va a ir a peor, creo que el centro, que era lo que siempre ha representado Ciudadanos, aunque ahora es el Partido Popular el que quiere representar ese espacio, va a quedar en la nada.
La audiencia ya no distingue nada. Sólo quiere reafirmar sus ideas en sus canales preferidos y de boca de sus líderes mediáticos preferidos. No quiere que le convenzan, simplemente quiere escuchar lo que ellos ya piensan.

El clima es guerracivilista. ¿Podría España llegar ahí?
Desgraciadamente sí. Y lo vamos a ver. Cuando el hambre apriete. Cuando esas colas del hambre que estamos viendo ya sean insoportables. Cuando el dinero de los ERTE no llega a mucha gente que ya no tiene ni para comer…La gente está dormida y con mucho miedo pero cuando se levanten por la mañana y vean que no hay un duro y que sus hijos no tienen para comer, que tienen que dejar su casa e irse a vivir con sus padres. Cuando ocurra todo eso veremos un cataclismo social y un ambiente guerracivilista, al cual están colaborando determinados medios de comunicación, desde el sectarismo, dedicándose a señalar a aquellos que tratamos de desmontar al gobierno del bulo.
Nosotros siempre optaremos por las vías diplomáticas, por la sociedad civil y manifestaciones cívicas, pero nunca por la violencia. Sin embargo, en redes sociales podemos ver como bots afines a Podemos están instaurando esa incitación al odio continua que está provocando, por ejemplo, que colaboradores de ‘Estado de Alarma’ vean su taller de recambios completamente destrozado.
Esto acaba de empezar. Lo peor todavía no ha llegado y vamos a ver situaciones dramáticas en España que no hemos visto y que ahora mismo ni podemos imaginar. Calculo que eso va a ser a partir de navidad. A principios del año que viene la situación va a ser insostenible y nosotros, como medio, tendremos que ser responsables para evitar que la sangre llegue al río y aquí no haya agresiones físicas y todo quede en manifestaciones pacíficas. Algo que no haría la izquierda en unas circunstancias parecidas. Estarían cercando la sede del PP y ya habrían dimitido todos, habría muertos y las calles estarían incendiadas.
“El problema de la derecha mediática es que, como siempre, cada uno hace la guerra por su cuenta”
Recientemente ha sufrido una campaña en redes por parte de radicales de izquierda. ¿Teme por su seguridad física?
La verdad es que no. Me asusté un poco cuando la izquierda radical lanzó una convocatoria de escrache contra mi domicilio. Llamé a Iván Redondo, que fue mi profesor de máster, con él yo tenía una magnífica relación, para pedir medidas de seguridad. Ahí vi que eso se iba de las manos.
Luego episodios aislados. En Alcorcón algún podemita intentó agredirme. A Cataluña y País Vasco ya sé que cuando voy estoy amenazado y tengo que tener cuidado. Por sitios donde la gente no tenga inoculado el odio del separatismo o el nacionalismo no tengo problemas. Aunque es cierto que no me prodigo por barrios como Vallecas o del cinturón rojo de Madrid pero por aquí en general no tengo problema. Es más, recibo muchísimas muestras de agradecimiento. A veces me asusto porque me sigue gente por la calle y pienso que me dirán alguna salvajada.
El otro día estaba comiendo con mi pareja en Valencia y se pasó toda la comida mirándome un tipo lleno de tatuajes y pendientes y pensé que me la iba a liar. Al final se acercó a darme la enhorabuena. Era un antiguo votante de podemos que me dijo que estaba conmigo y muy desencantado.
Si no tuviese el feeling positivo que tengo en la calle o a través del email ya lo habría dejado porque esta batalla no merecería la pena. No puedo dar una batalla si detrás no tengo a nadie. Pero tenemos un montón de suscriptores de pago y un montón de espectadores que consume información a través de nosotros porque no confía en ninguna Televisión. Así que yo feliz de ello aunque animo a la gente a que no sólo se informe a través de ‘Estado de Alarma’ porque hay otros medios valientes que dan la batalla.
El problema de la derecha mediática es que, como siempre, cada uno hace la guerra por su cuenta. Yo he intentado buscar unidad y ahora mismo los líderes mediáticos de derecha quieren mantener sus cortijos pero no quieren unidad.
¿Dónde puede trabajar hoy un periodista sin complejos que quiera ser libre?
Sin duda es complicado. En las grandes redacciones ese perfil ya no lo quieren. Prefieren periodistas dóciles, que estén todo el día en las redes sociales y no en la calle, en manifestaciones cívicas contra el Gobierno.
Cobran mucha pasta de publicad institucional. Lo de los grandes medios de comunicación es todo un desastre. Incluso los aparentemente constitucionalistas han perdido esa pasión que, por ejemplo, inyectaba Pedro J. en los mejores tiempos de ‘El Mundo’. Eso ya no existe. En grandes medios no te vas a encontrar a periodistas que quieran dar la batalla brutal salvo algunas excepciones. Como algunos colaborares de ‘Estado de Alarma’. Por ejemplo Isabel San Sebastián, Carlos Cuesta, Alfonso Ussía, Sánchez Dragó, Carmen Tomás…Nosotros tenemos periodistas muy buenos.
Ahora la batalla, más que los grandes medios, la tienen que dar periodistas concretos, unidos por su amor a la libertad y a España. Ahora mismo los grandes medios están más entregados a la publicidad institucional del Gobierno.
Es cierto que a veces sí puedes encontrarte algunas editoriales o portadas duras pero luego te pones a leer el periódico y dices “pero que suavidad”. O estas ruedas de prensa en las que el mismo día que grandes medios destapan casos de corrupción y no preguntan por ello. La clase periodística de España deja mucho que desear, se ha acomodado y prefieren ser colocados en tertulias de televisión a montarse un medio independiente y valiente, como he hecho yo, y tener que pasarlas putas a la hora de trabajar 18 horas de lunes a domingo, como estamos haciendo, o tener que pelear mucho más que muchos compañeros que tienen la nómina garantizada.

“Lo que va a hacer despertar a España va ser la pobreza y la indigencia, no sólo económica sino también moral”
¿Qué tiene que hacer el pueblo para acabar con la superioridad moral e intelectual de la izquierda?
Siempre lo digo. Hablar. Expresarse. Los empresarios que te dan la palmadita en la espalda y te dicen “que bien lo haces”, aportar económicamente y financiar proyectos como el nuestro, como vuestra web o cualquier ventana abierta a la libertad de expresión.
No es una cuestión de izquierdas o derechas. Yo no deseo que cierren ningún medio de izquierdas pero ellos sí se alegran cuando a mí me cierran el canal de Youtube. Es importante dar la batalla cultural hablando. Que hablen todos los españoles. Que vayan a manifestaciones cívicas, con mascarilla y guardando las medidas de seguridad. Es importante expresarse sin miedo y sin complejos. A mí me han echado de un montón de televisiones por pensar lo que pienso sobre el feminismo radical o la inmigración irregular. Y no me arrepiento. En algunos medios me han obligado a caer en la autocensura y he dejado de ir a ellos. Si me privan de criticar al Gobierno prefiero quedarme en mi casa y no ganar nada y vivir con lo que pueda o del apoyo de los espectadores de Estado de Alarma.
Es importante que tanto vosotros, como nosotros, como el obrero, como el pintor, como el hostelero arruinado…hablen y se expresen. Hay que reaccionar porque si no pasará lo que pasó en Venezuela. Ahí decían que con Chávez no iba a pasar nada y fíjate cómo están. Aquí decimos lo mismo y nuestros hermanos venezolanos nos advierten: “Debéis aprender del error que cometimos”. España sigue dormida y tiene que despertar. Por desgracia lo que va a hacer despertar a España va ser la pobreza y la indigencia, no sólo económica sino también moral.
¿Qué tiene que pasar en España para que dimita un político?
¿Gobernando el PSOE? Da igual. Ahora pillan a Pedro Sánchez robando y no dimitiría. Es el presidente más traidor y mentiroso de nuestra historia democrática. Se ha visto ahora con sus pactos con Bildu, que él negaba que iba a hacer.
Estamos completamente dormidos. Hay países, como la República Checa, donde el ministro de sanidad ha dimitido por no haber resuelto bien la crisis del coronavirus, y nosotros tenemos al Presidente que peor ha gestionado la primera y la segunda ola de la pandemia.
Han desoído los avisos de Seguridad Nacional, nos han mentido con el número de contagios, se ríen en las ruedas de prensa donde se hablan de muertos, no reconocen oficialmente los más de 50.000 muertos que hay por coronavirus. Les han pillado con el carrito del helado: El caso Delcy, un montón de irregularidades. En el Ministerio de Fomento ha habido presuntos tratos de favor. Y aquí no dimite ni Dios. Fernando Simón en un país normal tendría que haber dimitido pero desgraciadamente vivimos en un país donde la prensa, al 90%, directa o indirectamente, está controlada por las subvenciones del Gobierno. Es decir, hay medios aparentemente críticos con el Gobierno cuya existencia depende de la providencia del mismo. Por lo tanto, pueden atacarles pero hasta un cierto punto.
Hasta que esos medios no corten el cordón umbilical que les une al Gobierno van a seguir plegados a la izquierda, y ahora no lo van a hacer porque vienen tiempos muy chungos.
Con el Ministerio de la Verdad van a intentar cerrar Estado de Alarma y otros medios críticos, nos van a intentar silenciar y amordazar y nadie dice nada. En las tertulias apenas se habla de esto, del caso Delcy o de la ‘caja b’ de Podemos. En cambio, se habla mucho del rey emérito.
La izquierda controla prácticamente el 90% de los medios de este país y aquí nadie hace nada. Mientras no haya empresarios valientes que financien proyectos que nos hagan saltar de calidad, que nos monten un plató de televisión y que digan “oye, voy a arriesgar con estos chavales, voy a defender un proyecto de libertad” no vamos a reaccionar. Ese es el problema.
¿Le tienta la política?
Varios partidos me han ofrecido ser cabeza de lista en distintas elecciones, tanto generales como autonómicas o municipales. Siempre he dicho que no porque creo que el mejor servicio que puedo hacer al constitucionalismo o a la derecha de mi país es desde los medios de comunicación.
Una vez entras en el Congreso de los diputados te conviertes en un político más. Tu discurso pasa a ser uno más dentro de una disciplina de partido. A mí me gusta respirar libertad e ir por libre, defender sin complejos a mi país y no casarme con ningún partido, porque los seguidores de los otros partidos también dejan de valorarme y tenerme como referencia. Desgraciadamente los partidos políticos hoy en día se han convertido en equipos de fútbol. O eres del PP o eres de VOX, no se puede apoyar a los dos. Y si apoyas a uno pierdes seguidores del otro.
Yo prefiero mantener esa neutralidad. Apoyar a esos dos partidos. De Ciudadanos apoyo a algunos dirigentes, como Jordi Cañas. Pero ahora el posicionamiento de Inés Arrimadas está dejando mucho que desear.
“El Iván Redondo que conocí no tiene nada que ver con el de estos últimos meses”
Conoce bien a Iván Redondo. ¿Tiene principios o líneas rojas?
El Iván Redondo que conocí no tiene nada que ver con el de estos últimos meses. Cuando le veo impulsar el Ministerio de la Verdad o aumentar el sueldo de los asesores de Moncloa, con la que está cayendo, no le reconozco. Siempre había sido una persona muy humilde, defensor de las libertades, de la Constitución y de España.
Ahora cuando le veo llegar al punto de pactar con Bildu, que son los proetarras que aplaudieron los asesinatos de compañeros socialistas de Pedro Sánchez, cuando le veo cruzar esas líneas rojas…Me parece acojonante.
Ahora mismo no le reconozco. No sé si es que Moncloa cambia mucho. Me siento un poco defraudado. No sé si es cosa de Pedro Sánchez pero conociendo a Iván, que tiene mucha personalidad, está tomando decisiones. Decisiones que hace unos años ni el mismo hubiese imaginado: crear un Ministerio de la Verdad para censurar medios de los que él mismo ha formado parte. Yo mismo le metí de columnista en ‘El Mundo’ y siempre tuvo la libertad de escribir lo que quisiera. No entiendo por qué ese afán de controlar los medios. Bueno, sí lo entiendo, estamos ante un Gobierno totalitario que quiere controlar la opinión pública y censurar a la disidencia.

¿Qué te parece la línea que está tomando tu antiguo periódico?
‘El Mundo’ siempre ha sido un periódico lleno de contradicciones. Nunca he entendido cómo en sus páginas no han parado de atacar a VOX. Estando dentro no paraba de decirlo, incluso al consejero delegado. No entendía que atacaran a VOX, que les llamaran extrema derecha cuando sus lectores son de VOX y del PP. ¿Por qué llaman extrema derecha a Vox y no ultraizquierda a Podemos?
En ‘El Mundo’ siempre ha habido muchos complejos. Es cierto que editorialmente y por portada puede parecer que es constitucionalista y de derechas pero es bastante acomplejado en muchos asuntos. Como pueda ser el caso de Trump. Tienen jefes en el departamento de opinión que ganan dinero con Soros, uno de los valedores de Biden. Soros tiene colocados en las grandes redacciones de este país a un montón de periodistas afines que blanquean su imagen. De hecho en ‘El Mundo’ han blanqueado su imagen en una entrevista inefable.
Hay un problema grave. ‘El Mundo’ es un medio que debería dar la batalla pero te pones a leer algunos de sus suplementos, como ‘Papel’ y parece el ‘Público’ o eldiario.es. Han hecho un laboratorio de secciones de la izquierda radical. Si te olvidas de la portada y el editorial y te pones a ver los enfoques de los titulares ya se ve esa constante campaña de criminalización de Vox. Es difícil de entender. Según su estudio de mercado su lector es del PP y de Vox, pero parece que quieren jugar al papel de Ciudadanos, ya les han apoyado en varias elecciones y han acabado bastante mal, no han acertado ni una.
En un momento en el que España necesita que te mojes, alguien sin complejos, que hable con tranquilidad pero mirando a los ojos a la gente, sin ambages, ahí es muy importante tener un rumbo. Y ‘El Mundo’ ha querido jugar el papel de veleta de Ciudadanos. Es muy preocupante la constante campañas de criminalización de Vox, o como han tapado sus exitosas manifestaciones en Madrid.
Estamos en el complejo de siempre de ese diario, el que yo he vivido. A mí se me señaló y se me persiguió hasta que consiguieron mi cabeza porque me consideraban una persona muy cercana a Vox.
¿Queda bravura en España?
Sí. Pero tiene que haber más. Necesitamos periodistas más bravos, valientes, más indomables y hay muchos que viven directamente comprados por el Gobierno. Se vive mejor bajo el paraguas de un gobierno, ganas más dinero que siendo bravo.
La bravura en España te da muchas palmaditas en la espalda, te paran en la calle, te piden muchas fotos…Pero a la hora de pedir ayuda económica o quedarte tirado a final de mes son muy pocos los que acuden. Afortunadamente en Estado de Alarma tenemos una comunidad de suscriptores de pago muy fiel, a los cuales les quiero agradecer desde aquí que nos apoyen.
El sostén de Estado de Alarma son muchos colaboradores que han sido purgados de grandes medios. Como es el caso de Alfonso Ussía y ‘La Razón’, o Sánchez Dragó, también de ‘El Mundo’. Nosotros nos hemos convertido en un medio de comunicación que da cabida a todos los periodistas que han sido purgados por las presiones del Gobierno. Estamos encantados de jugar ese papel, de ser un foro de libertad de expresión. No va de izquierdas ni derechas, va de libertad.
¿Qué sería lo más parecido al Infierno para Javier Negre?
Perder el respeto y el amor de los míos.
¿Y al Paraíso?
Sentir que España es un país libre. Y ahora no lo es.
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