ONGI ETORRI

EL HERMANASTRO DE SABINO ARANA

En primer lugar, quiero mostrarle mi agradecimiento por haberme dado la oportunidad de presentarme, querido lector. En los tiempos que corren no es sencillo que alguien ceda parte de su tiempo, y, desgraciadamente, menos cuando se trata del ejercicio de la lectura. Desconozco las razones que le han inducido a visitar mi perfil, no sé si ha acudido motivado por el interés que puede despertar el nombre de la sección, si es natural de Euskadi, si le ha sorprendido ver un Toro de Osborne sobre la Ikurriña, etc.

Lo que espero es no defraudar sus expectativas e intentar que cuando termine de leer este post en el que me introduzco pueda tener total clarividencia de lo que encontrará cada vez que vuelva a acudir aquí. Porque mi objetivo en este, mi primer artículo, es, en primer lugar, que me conozca, en segundo, adelantarle sobre qué voy a hablar, lo cual puede intuir, y tercero, advertirle que mi intención no es convencerle ni conseguir que piense como yo, sino invitarle a participar junto a mí en un trabajo de reflexión y contemplación crítica de la realidad en la política y sociedad vasca. 

Soy el hermanastro de Sabino Arana, un joven madrileño, que, con permiso de nuestro querido Sabino, se siente vasco, vasco y español. Mi familia paterna es vizcaína, concretamente de Santurce, aunque ahora la mayor parte reside en Bilbao. La materna es madrileña, aunque con ascendencia vasca, algo que reconfortaría al fundador del PNV en su afán de preservar la raza euskalduna. Pues a pesar de ser un criollo, cuento con gran parte de genes vascos, aunque no sé si sería suficiente para que Arana me catalogase como ario. No le voy a engañar, tan solo tengo dos apellidos vascos, pero le aseguro que sería más ágil que Dani Rovira si tuviera que improvisar seis más. 

Soy un apasionado de los nombres vascos y del euskera, idioma que admiro y por el que siento especial devoción, pero al que no termino de atreverme a enfrentar. Fiel, y, a mi pesar, sufridor, seguidor del Athletic Club. Admirador de la majestuosidad de la Playa de La Concha y firme defensor de la belleza de Bilbao. Y, sobre todo, amante de la gastronomía de esta maravillosa tierra. Tengo gran arraigo de la cultura vasca, pero nací en Madrid. A ojos de Sabino, tan solo soy un simple maketo que nunca alcanzará el estatus de ciudadano vasco y que supone un peligro para la supervivencia de la pureza en Euskadi. 

Me sumo a este proyecto empujado por la frustración, el desencanto y el hartazgo que me produce la situación sociopolítica en el País Vasco, aunque también a nivel nacional, pero en este Rincón tan solo me voy a ceñir a compartir con usted la opinión y el análisis que me susciten los asuntos relacionados con Euskadi. Hace tiempo que la indignación me sobrepasa cada vez que se establece impunidad para aquellos que se erigieron en defensores del pueblo vasco y acabaron oprimiéndolo. Me entra urticaria cuando se pide perdón enmascarando la justificación de la violencia con un falso arrepentimiento. 

Me encantaría encontrar la misma vehemencia y franqueza que emplean los miembros de Bildu al exigir el acercamiento de los presos cuando condenan la violencia de ETA. Detesto la campaña de blanqueamiento que está realizando el PSOE de Sánchez a la izquierda abertzale, banalizando los asesinatos de sus antecesores con tal de asegurar unos minutos más en La Moncloa. 

Admiro, desde un punto de vista pragmático y resultadista, la estrategia del PNV, pues como partido político, creo que es el que mejor atiende y consigue casi siempre satisfacer las demandas de sus votantes. Logra concesiones y privilegios fiscales, amparados por el estatuto de autonomía y los fueros que suponen una mejoría para la ciudadanía vasca, ¿acaso no es el objetivo desde una perspectiva práctica de la política? Ahora bien, ese juego sucio con el que decanta la balanza en función de las conveniencias y pensando siempre en el rédito que puede obtener de cara a mantener la presidencia en el parlamento vasco, me repugna. Al final creo que la política, además de mejorar la calidad de vida del ciudadano, consiste también en ser honesto con este, y el nacionalismo hipócrita y ventajista que representa el PNV me parece de todo menos sincero. 

Echo en falta una derecha constitucionalista que sepa adaptarse a la idiosincrasia política y social vasca. Que comprenda el desarraigo de la rojigualda y asuma de una vez que debe cambiar el modo de hacer política si no quiere caer en la irrelevancia. Y añoro al partido socialista que tenía claro qué líneas no sobrepasar. 

Ya le adelanto que en este espacio no va a encontrar ni partidismo ni forofismo. La premisa es crítica, entiendo la política de otro modo, claro que tengo una ideología, pero no encuentro representación, o, mejor dicho, no creo en la aplicación de ideales y valores por parte de los partidos. Observo la realidad desde la orfandad, desamparado, y con la certeza de que el único juicio con el que puedo valorar y opinar sin estar sometido a la deformación y el condicionamiento es el mío. No tengo una barrera ideológica que me impida reconocer e incluso ensalzar el acierto o la brillantez que pueda tener en un momento determinado un político con el que difiera antagónicamente, al mismo tiempo que tampoco tengo dificultad en cuestionar o no compartir según qué comportamientos de aquel que se aproxime a mi manera de pensar. 

En todo momento voy a dar mi opinión, sin ningún tipo de reparo ni condescendencia partidista. Si está buscando una repetición del discurso de alguno de los partidos, puede que en alguna ocasión coincida con mi criterio y mi punto de vista, pero como no le puedo asegurar que vaya a ser la tónica general, le emplazo a consumir otro tipo de contenido o plataforma. No tengo interés ni fin persuasivo, tan solo pretendo compartir con usted la opinión y el pensamiento que me merece el acontecimiento o hecho que vaya a comentar. Y que juntos podamos realizar una práctica intelectual, enriquecedora y que nos sirva para poder ser más libres. “La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”, dijo Louis Dumur, novelista suizo. Y aquí no vamos a dejar que se sigan sirviendo de nosotros. 

“Soy vasco, y por ello, doblemente español”

Miguel de Unamuno

Publicado por El hermanastro de Sabino Arana

Reflexiones de un maketo

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