EL HERMANASTRO DE SABINO ARANA
Seguro que alguna vez ha leído o le han contado la fábula del escorpión y la rana. Si no es así, aprovecho para anticiparme a un posible desconocimiento o ignorancia de esta y esbozar un breve resumen con el fin de evitar que interrumpa la lectura para averiguar de que trata.
De antemano aprovecho para advertirle que no dispongo de la prosa de Gloria Fuertes, y que en este caso priorizaré la capacidad de síntesis antes que la brillantez literaria. Dicho esto, le recomiendo y emplazo a la maravillosa obra de Fuertes, especialmente a la antología “Cuentos para 365 días”. Por si se queda con las ganas.
Prosigo. La fábula narra la historia de una rana que se encuentra con un escorpión en la orilla del río. El invertebrado le pide al anfibio que le ayude a cruzar el río. Este último prudentemente le pregunta al primero que cómo se asegura de que no le va a picar. El insecto le espeta que en caso de que lo haga ambos morirán, argumento que termina convenciendo a la rana. Finalmente, en mitad del trayecto el escorpión acaba introduciendo su exuberante aguijón en el lomo de la rana. Esta, sorprendida y descolocada le cuestiona sobre el porqué de su acto. A lo que el escorpión le contesta: “Es mi naturaleza”.
El escorpión es incapaz de actuar de otra forma, es su costumbre, su proceder habitual, y no lo puede evitar ni cambiar. En Euskadi se ha confiado y apostado por la reeducación, reinserción y buena voluntad del escorpión.
En muchas ocasiones hasta se ha sido flexible y laxo a la hora de evaluar sus comportamientos y determinar si lo que estaba haciendo entrañaba elementos sospechosos o cuestionables. Fue un error, y como con la rana, la ingenuidad, la inconsciencia y la credulidad desmedida, han posibilitado que la amenaza y el peligro de recibir un picotazo sea latente y permanente.
Bildu nació públicamente en junio del 2012. Entre sus creadores se encontraba Sortu, organización política heredera de la ilegalizada Batasuna. Desde su fundación, el partido de Otegi (todo dicho) nunca ha condenado ni abierta ni tajante ni contundentemente el terrorismo de ETA. El del GAL sí, algo es algo, supongo.
Integrado por ex militantes, simpatizantes y familiares de la banda, el partido ha ido sumando adeptos y votantes hasta convertirse en la segunda fuerza más votada en País Vasco. Su relevancia en el seno de la política nacional también ha crecido, pues ahora es un pilar fundamental para la pervivencia y supervivencia de Sánchez en Moncloa.
A pesar de lo enunciado, Bildu se ha asentado en el terreno de la normalidad. A nadie le sorprende que un partido de esta índole sea legal. El inmovilismo de unos, sumado a un lavado de cara interesado de otros y al apoyo y congratulación por su existencia por parte de sus pares han propiciado que el escorpión Otegi esté ahora mismo en el lomo de la rana sin que nadie se alarme.
A veces, querido lector, no viene mal echar la vista atrás, además gracias a la digitalización, labores como la revisión de la hemeroteca son más sencillas y no requieren de apenas esfuerzos.
Si nos retrotraemos al 20 de octubre de 2011, día en el que ETA anunció el cese de su actividad armada, y nos detenemos a analizar el contenido del comunicado, comprobaremos que la decisión se toma meramente por estrategia, únicamente. Lo cual evidenciaba totalmente la ausencia de arrepentimiento, el abandono del interés en la reparación del dolor, etc.

Y a mí, personalmente, me sigue costando entender por qué se dejó pasar por alto este elemento, pero comprendo que el fervor y la alegría por ver llegar a su fin al miedo y al terror empañaron y nublaron cualquier tipo de análisis detenido y minucioso. Desgraciadamente.
El deseo incesante por llegar a esa nueva realidad y el sesgo confirmatorio empeñado en no contemplar ningún mínimo atisbo de incoherencia, anestesiaron a una sociedad que fue incapaz de emplear una óptica crítica y que, esperpénticamente, se conformó con ver a tres personas encapuchadas en un plasma, en vez de entre rejas.
Pasaron los años y nadie se detuvo a evaluar el comportamiento del escorpión. Este continuaba proclamando a los cuatro vientos su acérrima defensa y justificación de la “lucha armada”. Ante la sorprendente pasividad de políticos y sociedad.
Incluso en una entrevista para Jordi Évole en 2016, se atrevió a advertir y reconocer que todavía había sectores de la izquierda abertzale que se mostraban reticentes y escépticos ante la apuesta por las vías democráticas y pacíficas. Es decir, corroboró que ETA nunca había dejado de existir y que, efectivamente, el comunicado de 2011 era un trampantojo que engañó a unos cuantos.
Aún así, salvo despertar debates de dudoso nivel intelectual y argumental en Twitter, la entrevista no supuso ningún punto de inflexión a la hora de reforzar y extremar la precaución con el escorpión. Al revés, la rana continuaba nadando, completamente evadida y ajena al peligro. Seguía la temeridad.

En los últimos meses, una ola de okupaciones y delincuencia por parte de los okupas han mermado a distintas zonas de Euskadi. En pueblos como Portugalete, la presión y acción por parte de los vecinos han acabado con la marcha forzosa de los usurpadores caraduras. Demostrando que la fuerza de la unión de la comunidad en defensa de sus derechos puede con todo. Además de ser aparentemente la única vía efectiva. Pues la alternativa es una odisea burocrática y judicial cuya duración acabaría por extenuar a la fiel Penélope de tanto tejer y destejer el sudario.
Mientras tanto, Bildu, además de otros muchos partidos pertenecientes a la corriente cool pro-okupación (hasta que les sucede a ellos), se encarga de rechazar en el Congreso propuestas de leyes para endurecer las penas a los okupas. Curioso, que el defensor del pueblo euskaldun siempre vaya contra él.
A esto hay que sumar los enfrentamientos acaecidos en San Sebastián y Santurce entre la ertzaintza y los jóvenes revolucionarios inmersos en una cruzada contra el fascista toque de queda. Adivine a quién defiende Bildu, y a quién señala, cuestiona e incluso criminaliza. No sorprende la verdad, lo de ir contra las fuerzas de seguridad es un clásico de los abertzales, al que igual que increparlos. No lo pueden evitar, es su naturaleza.
El escorpión está en el lomo de la rana, y cuanto más tarde la gente en darse cuenta, más inminente será su picadura final y letal. En nuestras manos está hacer todo lo posible por evitarlo.
“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”
Abraham Lincoln
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