En primer lugar quiero poner de manifiesto que, en mi opinión, nuestras pensiones, también las llamadas contributivas, están siendo pagadas con dinero que no se ahorró con nuestras aportaciones, sino que nuestro sistema de pensiones públicas es una especie de pirámide, en la que los que aportan actualmente están soportando a los que contribuimos primero.
La mala administración de esos fondos y haber cargado al sistema de pensiones español con sistemas deficitarios, como son el Seguro Agrario o cargar con el pago de pensiones no contributivas, ha puesto nuestro sistema de pensiones en peligro.
El cortoplacismo de los gobernantes y su empeño en confundir sus intereses personales con los intereses de los administrados nos lleva a que los gobernantes incompetentes nos metan en problemas.
Como ejemplo de ese oportunismo (aunque no se le denominó pensión) os recuerdo que Zapatero prometió en vísperas electorales regalar, así de magnánimo era, 400 € a cada español. A la hora de la verdad se aplicó como una deducción que sólo pudimos ejecutar los que hacíamos declaración sobre la renta y teníamos una contribución superior a 400 €. El resto, los que no estaban en ese caso no recibieron nada.
El presidente Rajoy, en víspera de las segundas elecciones que ganó, prometió compensar a las mujeres incrementando su pensión. Lo motivaba basándose en la pérdida de oportunidades profesionales, consecuencia de haber sido madres. Al parecer el espíritu de esa ley era igualar las pensiones de las mujeres a las de los hombres.
Para definir cómo quedaron las pensiones con esa ley extraigo un párrafo de la página “BBVA mi pensión”:
“Desde el mes de enero de 2016 las mujeres que accedan a la pensión de jubilación han visto incrementada la cuantía de su prestación en función de los hijos que hayan tenido. Aunque este es el principal efecto de la maternidad en el importe de la pensión también hay otras consecuencias. Una reciente Sentencia del TJUE ha establecido que el complemento de maternidad por aportación demográfica a la Seguridad Social debe reconocerse también a los padres que cumplan los requisitos legales”.
En la reforma anunciada por Rajoy se decía que el objetivo era igualar la pensión de la mujer a la del hombre. Al parecer la pensión media de las mujeres era inferior a la de los hombres. Pero como en toda ley, y más en las chapuceras, se generan claras injusticias.
La aplicación de la ley que sólo afectaba a las mujeres, suponía que ellas iban a cobrar 5, 10 o 15 % de más sobre su pensión calculada, según fueran madres de 2, 3, 4 o más hijos.
Se suponía que las madres no habían podido alcanzar la pensión que les hubiera correspondido por haber sido penalizadas por su maternidad. Ese incremento de pensión se aplicó a todas las pensiones de las mujeres que hubieran tenido 2, 3 o 4 o más hijos. Pero una mujer que alcanzara la pensión máxima no había sufrido penalización en su pensión por ser madre, sin embargo pasaba a cobrar más que la pensión máxima topada para todos. Con esa ley se hizo excepción para las mujeres que pasaron a no verse afectadas por ese tope establecido de pensión.
Toda Ley tiene consecuencias y esas consecuencias muchas veces no son las buscadas en la motivación de la ley en cuestión.
Hay personas que cuando se jubilaron y se les calculó la pensión devengada, esa resultaba ser claramente mayor a la pensión máxima establecida. Esas personas vimos sacrificada una parte de nuestra cotización en beneficio, teórico, de la estabilidad del Sistema de Pensiones.
Hoy estamos viendo como las mujeres jubiladas desde 2016 y tienen dos o más hijos, pueden percibir, aunque hayan cotizado menos que nosotros, pensiones más altas sin que se les aplique el tope general establecido. En mi opinión es una clara injusticia.
Pero la injusticia no acaba con las mujeres que cobran más que el tope de pensión. Ahora interviene el “Tribunal de Justicia Europeo”
Este “alto tribunal”, como ya vimos, dictamina que la injusticia de que las mujeres pudieran cobrar más pensión que los hombres debe ser corregida. Razonando que la contribución a la demografía es tanto de los hombres, como de las mujeres, el tribunal ha descubierto que es imposible aumentar la demografía sin intervención de ambos sexos, verdad de “Perogrullo”, pero “verdad al cabo”.
El tribunal europeo obliga a España a reconocer los mismos derechos a los hombres que a las mujeres. Para eliminar una injusticia se crea doble injusticia. Ahora los jubilados sean hombres, mujeres o “lo que sean”, si tuvieron hijos podrán cobrar más que los que nos jubilamos con anterioridad a enero de 2016, todo gracias a las aspiraciones políticas de Rajoy. Pero la cosa no ha acabado.
Leo en El Correo: “El Gobierno extiende el complemento de maternidad a los hombres y a quienes hayan tenido un solo hijo, aunque sólo uno de los dos progenitores podrá cobrar esta ayuda que costará más de 700 millones al año”.
En resumen, para corregir una injusticia se genera una injusticia mayor. Los pensionistas que se incorporan ahora a la jubilación tendrán más pensión que los que nos incorporamos anteriormente al 2016 y, además, cualquier pensionista que hubiera cotizado por la máxima de más de 2600 € cobrará más pensión que cualquier pensionista anterior a 2016 aunque hubiéramos cotizado por una pensión de 3400 €. Chapuza sobre chapuza, que le debemos a la precipitación de Rajoy por hacer populismo y conseguir votos.
Teniendo en cuenta que se considera que nuestro sistema de pensiones es deficitario, con esa ley se complica más su viabilidad económica. Y el sacrificio que se nos impuso a los que cotizamos por encima de lo necesario para la pensión topada pierde su eficacia por la estulticia de nuestros gobernantes.
En resumidas cuentas, los pensionistas anteriores al 2016 nos vemos discriminados frente a los que se jubilan después. Además se desprecia la cotización de los que cotizamos por encima de la necesaria para adquirir la pensión máxima y se da más pensión que a nosotros a personas que han cotizado bastante menos con independencia de cuantos hijos hayamos criado, y por ello en cuanto hayamos contribuido a la existencia de personas que alimentan la pirámide.
El desprecio de ciertos gobernantes oportunistas por los administrados y por la estabilidad del sistema de pensiones es manifiesto.
Todo lo anterior es injusto, sin tener en cuenta cuáles sean las pensiones de nuestros diputados, que adquieren una pensión superior a la máxima con sólo haber pertenecido a las cámaras en dos legislaturas y otra multitud de privilegios en materia de pensiones que tienen los políticos… Pero esa es otra historia.
En otra ocasión hablaré de la Mutualidad de Funcionarios y como se cercenaron esos derechos. La historia se repite y los políticos de este régimen y del anterior también adolecieron del defecto de ser cortoplacistas y tener poca sensibilidad con los derechos de los administrados.
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