Desde el primer momento dije que no tenemos ninguna línea editorial y que éramos libres para hablar de lo que quisiéramos. Pero quiero comenzar reconociendo que es cierto que ante según qué asuntos, nos gusten o no, decidimos callar.
Esto es así porque pensábamos que PP, Ciudadanos y VOX tenían el poder y la responsabilidad de acabar con el mal que hoy asola toda España. Bien, eso ha saltado por los aires, puesto que con su moción de censura a la murciana, Ciudadanos parece querer convertirse en un nuevo enemigo de España. Y no duden de que cualquier traición que favorezca la coalición que quiere matar la democracia debe ser atacada.
Seguro que todos ustedes han podido leer en más de una ocasión que Ciudadanos se ha hecho el harakiri. Aunque el símil es evidente no es digno de lo que está haciendo Arrimadas desde el momento en que heredó el partido de Rivera.
Al margen de lo estúpido y extremista que nos pueda parecer, el harakiri está basado en la honra. El ritual japonés consiste en elegir morir con honor antes que caer en manos del enemigo. Y la señora Inés Arrimadas ha hecho todo lo contrario a lo que dicta el código Samurái.
La líder de la formación naranja prefiere seguir hundiéndose un poquito más en el fango sanchista y lanzarse a los brazos de sus enemigos, aquellos que le han categorizado constantemente de fascista, como poco. Sólo por alargar mínimamente la posibilidad de vivir del cuento de la política y paliar una codicia personal difícil de comprender.
La Ciudadana Inés prefiere morir sin honor a luchar por hacer un frente común que batalle al neocomunismo. ¿Qué pensará desde su casa Albert Rivera al ver como Nerón Arrimadas quema la Roma que él construyó?
No hay que remontarse tanto. Desde el mismo partido son muchos los dirigentes y militantes que no entienden el movimiento. Comprensible, un soldado raso no tiene por qué apoyar siempre las decisiones de su general. No obstante, en esta ocasión sí tienen permitido desertar. Que lo hagan, o serán igual de indignos que su jefa.
Me quedo perplejo viendo el argumentario de Ana Martínez Vidal para presentar la moción de censura en Murcia. Tienen el descaro de culpar a lo que ellos han bautizado como ‘vacunagate’. Fuera de Murcia ya sé que no, pero en la Región, ¿alguien se acordaba del consejero llorón que dimitió ipso facto entre sollozos? Echan del Gobierno a López Miras por un supuesto escándalo relacionado con la mala utilización de las vacunas para pactar con el partido que ha hecho desaparecer misteriosamente más de 30.000 dosis. ¡Arrimadas se suma al cinismo progre!
Otro de los motivos que aducen para juntarse con los socialistas son las negociaciones entre VOX y PP en relación al ‘pin parental’. “El partido de la libertad” ahora está en contra de que los padres decidan libremente qué educación quieren para sus hijos. Tiene bemoles la cosa.
En fin. No quiero faltar a la verdad. Es cierto que parece que en el Servicio Murciano de Salud han pasado cosas, digamos turbias, seguramente dignas de ser censuradas. Aún así, la situación que atraviesa el país no es precisamente idílica. Por eso no puedes poner en jaque la gobernabilidad de los reductos de libertad porque cuatro señores abusen de su poder, sencillamente es una irresponsabilidad como un piano.
Por desgracia ante una situación (esperemos que) excepcional Arrimadas ha demostrado que le dan igual España y los españoles. Únicamente le importa quedarse con unas migajas del pastel político. ¿Qué le habrá prometido Sánchez para suicidarse? Me parecería increíble que dos años de poder institucional en la Región de Murcia les merezcan la pena.
Otro hecho que me resulta asombroso es que, de entre los cientos de asesores que posee Ciudadanos no haya una sola cabeza pensante, nadie que les haya aconsejado que quizá es mejor ser un ‘4’ durante los años venideros en lugar de ser un ’10’ en Murcia durante dos años para, posteriormente, pasar a la historia.
Además, y por si fuera poco vergonzante todo el proceso acometido, los naranjitos tienen la desfachatez de llamar “proceso regenerativo” a pegarse con Loctite a sus poltronas.
Me gustaría comentar algo acerca de Madrid, pero el lío es tal que no me atrevo a aventurarme. Así que me conformaré con apuntar un par de asuntos.
Cada día es más evidente que Ayuso es la gota de esperanza dentro del Partido Popular. Defiende sus ideas cueste lo que cueste y parece brava. Si Madrid es sabia, y tiene amor propio, Isabel Díaz Ayuso arrasará. La mejor campaña se la hacen a diario los que quieren acabar con la nación. Madrid es el oasis español. Un paraíso en medio de un desierto lleno de maldad.
La presidenta ha tenido la mala suerte de tener que compartir tiempo y espacio con Ignacio Aguado durante muchos meses. Por fortuna parece que no se le ha pegado nada. El espectáculo que nos ha brindado el vicepresidente de la Comunidad de Madrid roza lo patético. Aguado el traidor se ha arrastrado por radios y televisiones acusando entre gimoteos a su presidenta de haber perdido la cabeza y de mentirosa. ¿El amigo del tránsfuga Ángel Garrido teme perder su sustento?
Por otro lado asoma la cabeza la izquierda. La vorágine de mociones de censura socialistas y errejonistas es súper democrática ¿no creen? ¿A qué temen los “demócratas”? ¿Qué miedo tienen los del pueblo a que sea el pueblo el que elija a sus representantes con total libertad? Llevan meses vendiendo la moto de que los madrileños repudian a Ayuso y su gestión, si los madrileños no quieren a Ayuso…entonces que les dejen votar, hombre. Panda de totalitarios que quieren ganar en los despachos lo que pierden en las urnas, ¡ya está bien de tomarnos el pelo!

Que la mayoría de los votantes primigenios de Ciudadanos se sentían defraudados ya lo avalan los resultados del 10N, por no hablar del 14F, pero no existe palabra para definir cómo deben sentirse los pobres ilusos que depositaron su confianza en la formación naranja en los últimos comicios.
Inés, en tus propias palabras: tienes un problema moral. Tu ambición de no se sabe qué te ha hecho olvidar lo que engrandeció tu figura y te hizo atractiva para todo español de bien. Admiramos tu capacidad de plantar cara a nuestros enemigos sin complejos. Ahora te has convertido en el felpudo en el que esos mismos enemigos se limpian los zapatos.
¿Y a qué se debe esa conversión hereje? Sinceramente no lo sé. Sólo el tiempo nos dirá qué es lo que gana con todo esto. Si es que gana algo, pues nunca debemos descartar que simplemente sea, en términos políticos, una completa inútil.
“Quiero que los madrileños sean los que elijan entre el socialismo y la libertad”
Isabel Díaz Ayuso
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