¿Cómo podemos ser tan ilusos? ¿Nuestra capacidad de asombro acabará algún día? ¿Cómo es posible que nos sigan sorprendiendo las tropelías del presidente y sus lacayos si van a una diaria? Al fin y al cabo, somos personas y parece que no perdemos la esperanza en el género humano.
Otra cosa muy propia de nuestra especie es aquello de “ir a por lana y salir trasquilado”. Eso es precisamente lo que le ha vuelto a pasar a la deleznable subespecie sanchista. Se creen más listos que nadie cuando dan para lo que dan…
Son muchos quienes deberían replantearse su imagen sobre Iván Redondo. El “gurú” socialista es generalmente categorizado como la entelequia del marketing y la comunicación política. Nada más lejos de la realidad, pues fuera del imaginario de la izquierda el asesor de cabecera de Narciso no ceja en su empeño de encadenar pifia tras pifia.
¿Cuál es el problema? Que Redondo susurra al oído de un personaje cuya mayoría de votantes emulan la capacidad intelectual de una ameba. Es preocupante que la respuesta de una parte demasiado representativa de la sociedad a los escándalos presidenciales sea aplaudir como focas todo lo que haga y diga su Cretinidad. Diríase aquello de ‘pan y circo’, pero ahora mismo no tienen ni lo uno ni lo otro.

Vayamos ya al meollo del asunto: los “demócratas” de la izquierda, temerosos de la libertad de los ciudadanos madrileños para elegir a quién querían en Sol, han tratado de evitar por todos los medios que la gente vote. Lo evidenciaron con una lamentable sucesión de mociones de censura sin futuro.
Sabían que esas mociones no iban a prosperar y aún así aseguraban que no iba a haber elecciones. Contentos y chulos se vanagloriaban del hecho de que fueran a impedir que cinco millones de españoles ejercieran uno de los derechos básicos y fundamentales de cualquier sistema democrático.
Por cierto, las leyes deberían contemplar que si una moción de censura sale adelante, automáticamente después se tuviera la obligación de convocar elecciones. Si no, no deja de ser un golpe de estado institucional que fantasea con los deseos del pueblo según le convenga. Estos días hemos podido ver a Iñigo Errejón arrogarse la capacidad de hablar en nombre de todos los españoles cuando es una nulidad que apenas representa al 2% del electorado.
Sendos ridículos, murciano y madrileño, les vuelven a retratar. Lo hacen ellos solitos. No hace falta desenmascararlos, se saben poderosos y cada día son más transparentes. Sin embargo, la desesperada intentona de impedir el 4M es una gran noticia. Están perdidos, sólo falta que reciban la puntilla.
Están acongojados, lo están porque Ayuso es una piedra en el camino del mal que tenían trazado. Más que piedra es toda una montaña. Los redondos de turno no contaban con que una política desconocida para el gran público se iba a ganar la confianza y el aprecio de la región más importante de España en sólo unos meses, y con el puñetero virus de por medio. La indomable les trastoca.
Llevan dos años de campaña de desprestigio, así que a nadie pillará con el pie cambiado las barbaridades que la izquierda política, social y mediática lanzará en las próximas fechas. Que sigan con su campaña de autodestrucción. No es secreto que cada crítica infundada a Ayuso es un paso atrás en sus aspiraciones y un empujón social para la presidenta.

Pese a todo no debemos bajar la guardia. Cuando Pablo Iglesias hablaba de “democracia limitada” ya alertamos del riesgo que suponen esas palabras viniendo de un comunista convencido. Ahora, en Madrid, han buscado impedir a toda costa que la gente votase. Tienen motivos para la zozobra, su estancia en Moncloa será breve. Pero cuidado…ya asoman la patita y muestran su deseo de no celebrar elecciones cuando sean necesarias.
Lo acaecido en Madrid, unido al consumado asalto al CGPJ son sólo ejemplos de su totalitarismo. “Cuando las barbas de tu vecino veas mojar…”, el refranero español es sabio, no puede seguir asombrándonos sus deseos de arrebatarnos la libertad.
La dificultad para ganar la “batalla” la encontramos en los votantes de izquierda, que únicamente abren los ojos cuando la despensa está vacía. Parece mentira que años y años de gobiernos socialistas fracasados no enseñan nada, ¿socialismo o masoquismo? Sólo falta que esos rezagados abran definitivamente los ojos y no renuncien a sus derechos inalienables.
En tiempos tan aciagos como los que estamos viviendo es duro recibir golpe tras golpe. Por eso Madrid debe ser el faro de esperanza que guíe a los españoles de bien. Sánchez se acabará, Iglesias terminará. Toca ser inasequible al desaliento. El 4 de mayo si eres madrileño vota Ayuso, o vota Monasterio. Pero vota a alguna de las dos si quieres seguir siendo libre, madrileño en Madrid y español en España.

Por muy sectaria que sea la gente, por muy polarizada que esté nuestra democracia y por muy fracturada que esté nuestra cainita sociedad, cuando la comida se acabe mirarán como Madrid progresa con políticas contrarias a las que llevan a cabo nuestros señores gobernantes. La Comunidad de Madrid será muestra de que la gente rechaza al gobierno sociocomunista y censura sus actuaciones.
Me volveré a servir del refranero, que dice que “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Ha llegado el momento de que dejemos de ser los peces. Es la hora de ser nosotros los que echemos las redes. Tic tac, el chollo se acabará.
“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”
Abraham Lincoln
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Un comentario en “Democracia a la ‘Sancheza’”