Los ataques a Isabel Díaz Ayuso llevan produciéndose desde que fue nombrada presidenta hace dos años, ya sabíamos que esta campaña iba a ser de acoso y derribo a su persona. Aún así, la izquierda en España siempre es capaz de ir un poquito más allá.
Mentiras y difamaciones son las únicas informaciones que la izquierda mediática y política utiliza para atacar la gestión de Ayuso, que nos podrá gustar más o menos, pero por lo menos es coherente. Y la coherencia, en la política española, hoy brilla por su ausencia, por lo que siempre es algo digno de agradecer.
El otro día mientras hablaba por teléfono con mi padre surgió el tema del 4M. Comentábamos la manipulación que está sufriendo la presidenta, e introdujo un concepto interesante. ‘La variable Ayuso’, la nueva encargada de mover la actividad política y mediática española.
Se trata de una variable aleatoria cuya aparición provoca una explosión de cinismo socialista. Si la ‘variable Ayuso’ hace acto de presencia los mismos hechos serán catalogados como negativos o positivos en función de quien los protagonice. La aprobación de cualquier acción por parte del consenso progre dependerá en todo momento de si la ‘variable Ayuso’ entra en juego. Si la decisión la toma Ayuso será una locura. Que la misma determinación viene de la izquierda, pues será la panacea.
La muestra de descaro es apabullante. Se han puesto en evidencia en infinitud de ocasiones. Todo lo que ha hecho Isabel Díaz Ayuso ha acabado siendo replicado por los mismos que criticaban sus planes. Con semanas de retraso y más fallecidos, eso sí.

Repasemos algunos de los ejemplos más groseros en los que aparece esta cordial variable.
-Que el socialista Ximo Puig trate de asegurar millones de vacunas para los valencianos es su labor como presidente de la Comunidad. Pero si a Ayuso se le ocurre entablar contactos con el objetivo de conseguir vacunas para los madrileños es que se ha vuelto independentista, y facha, por supuesto. Veremos cuánto tarda Sánchez en comprar a Rusia la ‘Sputnik V’…
-Las herrikotabernas están muy bien. Pero como a un hostelero se le ocurra colgar un póster con la imagen de Ayuso debemos crucificarlo. ¿Suena un poco nazi verdad? Pues en Cataluña queman negocios a los que desean rotular en castellano, así que para llegar hasta ahí sólo se necesitan unos pocas décadas de adoctrinamiento.
-¿Toca esperar horas para vacunarse en una Comunidad Autónoma gobernada por la izquierda? ¡Faltaría más! Estamos en plena pandemia mundial, como si has de esperar un día y hacerte 1000 kilómetros. ¿Te hacen esperar media hora en el Zendal? Qué vergüenza la gestión sanitaria de Ayuso, está cargándose la sanidad pública, sólo le interesa la privada.
-La moda hasta hace nada era atacar al PP de la Comunidad de Madrid inventando que habían cerrado multitud de hospitales públicos con el fin de privatizar el derecho de los madrileños a la salud. Si ahora Ayuso decide construir hospitales públicos es sólo porque quiere dar pelotazos urbanísticos.
-Si Ayuso “regala” a los madrileños FFP2 es una muestra de egoísmo. Que Revilluca ofrezca a los cántabros servilletas de bar en forma de mascarilla es casi una chanza que debemos reírle.
-Cuando los catalanes, los vascos, o incluso los gallegos convocan elecciones en medio de la Pandemia…¡Qué guay, viva la fiesta de la democracia! Cuando Ayuso descarta que los políticos roben a la ciudadanía el derecho de elegir a sus representantes es una locura totalitaria.
-La política fiscal de Madrid es injusta. ¡Hacen dumping, es un insulto a los españoles! Sin embargo que las Vascongadas tengan un concierto es justo y necesario, que Navarra sea un régimen foral ídem. Y Cataluña está en su perfecto derecho de abogar por su cupo, ¡faltaría más!
-Que acusemos al Gobierno de criminal por anteponer sus intereses políticos a la vida de decenas de miles de compatriotas es propio de nazis. Que Sánchez culpe a Ayuso de hacer circular el virus es cool.
-Pablo Iglesias, el cretino que se dio a sí mismo la responsabilidad de gestionar las residencias de ancianos durante el estado de alarma, carece de responsabilidad alguna en la tragedia. Ayuso, por su parte, es culpable de la muerte de todo anciano en una resistencia de Madrid.
-Cómo Ayuso elucubre con que Iglesias quiere destruir el Régimen del 78 está soltando falacias. Ahora bien, si Pablete amenaza a la presidenta diciendo que es posible que acabe en prisión es premonitorio.
-Cuando Ayuso propone cerrar Barajas plantea una locura. Si Madrid está repleta de franceses es bajo su responsabilidad.
-Integrar a Toni Cantó en sus listas es una excentricidad electoral que en nada beneficia a los madrileños. Que Podemos meta en las suyas al líder de los manteros demuestra que se preocupa por todos los madrileños. Una cosa es propaganda y la otra es compromiso.
-Cuando el ritmo de vacunación es adecuado: “¡Bravo Pedro!”. Cuando va mal: “¡Qué vergüenza, cómo se le ocurre vacunar en el Zendal y el Metropolitano!”
-Proponer un “pasaporte sanitario” hace un año era un control de la sociedad propio de la discriminación fascista. Implementarlo ahora es lo normal, ¡quien no se vacune es un insolidario!
-Que Ayuso, en un ejercicio de sinceridad, diga que cerrar la hostelería a cal y canto es matar Madrid es prácticamente un intento de genocidio. A pesar de eso, si de ese intento participan Gabilondo o Mónica García estamos ante un ejercicio de libertad.
Podríamos poner muchos más ejemplos. En definitiva, haga lo que haga la presidenta, será malo, malísimo. Y si eso mismo lo hace la izquierda será la sensatez hecha medida. Así con todo. La variable Ayuso, aleatoria, provoca que las medidas sean buenas o malas en función de si lo dicta Ayuso o Sánchez. Siempre es el quién, no importa el qué. El no tener ápice de vergüenza les otorga siempre la victoria.
Victoria por llamarlo de alguna manera. Pues estoy convencido de que los madrileños, de izquierdas o derechas, tienen la suficiente inteligencia como para ser capaces de saber que la única forma que tienen ahora de atacar a Ayuso es la mentira, ya no les basta con tergiversar la realidad. Tratan de manipular a la opinión pública a través de trolas y bulos, la palabrita que tanto les gusta. Esto es, además, contraproducente, no descubro nada diciendo que cada ataque a Ayuso es beneficio electoral para ella.
Ciudadanos de Madrid, si quieren ser gobernados por mentirosos e ineptos voten Gabilondo, Errejón o Iglesias. Si prefieren seguir viviendo en libertad y gestionados por personas con un mínimo de sentido común, ya saben qué deben hacer. Ayuso o Monasterio, cualquiera de las dos.
“Los hipócritas pretenden ser palomas, políticos, literarios, águilas… Pero no se deje engañar por su apariencia, no son águilas, son ratas”
Antón Chéjov
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Un comentario en “La variable Ayuso”