No cabe un tonte más

Irene Montero tonta

CARLOS LUQUE FLÓREZ

“Niños, niñas y niñes”, “todos, todas y todes”, “escuchados, escuchadas y escuchades”, ¿con cuál se quedan? La última es, sin duda, mi favorita. 

Si hace no muchos años alguien se hubiera dirigido a nosotros empleando estos términos todos hubiéramos pensado que nos encontrábamos ante un desequilibrado, un borracho o un payaso. Si hoy leemos o escuchamos a alguien que se expresa así, será más fácil catalogar al espécimen en cuestión. Nos encontraremos ante un socialista, uno de los modernitos, los peores que hay. Si bien es cierto que no debemos descartar ninguno de los calificativos anteriores…

Como todos saben la persone a la que estoy haciendo referencia es Irene Montero. La pareje de Pable es un digno trasunto de ese socialista moderno resabiado y cargado de pedantería. Fue ella quien en un aquelarre electoral de Podemos descartó la economía de las palabras para apostar por esa memez a la que la nueva izquierda ha llamado lenguaje inclusivo. Por cierto, ¿no se supone que con la ‘e’ ya engloban a todas las identidades? Pregunto desde el desconocimiento. No sé, ya me pierdo en su yerma mentalidad.  

El caso, que desviamos el tino, antes de la llegada del posmodernismo podemita hablar como un imbécil era censurable, se admiraba a la gente culta y ducha en el lenguaje. Sin embargo, ahora parece que tratar a los ciudadanos como espectadores de Miliki es condición sine qua non para convertirse en ministra y manejar presupuestos de cientos de millones de euros. 

Siempre digo lo mismo y no me cansaré de repetirlo; en la izquierda no hay nada, no tienen ideas, son palabras vacías encadenadas, eslóganes baratos. Ellos lo saben, saben que, fundamentalmente, su base es la confrontación, eso es lo que les lleva a crear este tipo de necesidades artificiales. Conocen su necesidad de crear en la gente una falsa sensación de desamparo para poder acogerlos bajo su paraguas de tontuna y seguir viviendo del cuento. 

Irene Montero es un huevo de Fabergé

Podrían decirnos que sacamos las cosa de quicio al irritarnos ante discursos tan estúpidos como el de la señore Montero, y probablemente lo hagamos. Aún así, es innegable que este tipo de memeces representan a la perfección la degradación de la clase política que nos ha traído este rebaño de indigentes intelectuales.

Se sirven de cualquier oportunidad que se les brinde para tratar de ofender a España, su historia o su lengua. Pero lo más grave son los continuos insultos a nuestra inteligencia. Señores de Podemos, entérense, no somos como os gustaría que fuéramos. Tercos como mulas que todavía os voten quedan cuatro, camino de tres. 

Mi optimismo actual me lleva a pensar que la mayoría de los españoles que escuchasen el pueril discurso de Montero lo único que sintieron es vergüenza ajena. Por otro lado, mi lado pesimista me hace perder la fe en parte de nuestra sociedad. Si los líderes de Podemos son así de bobos, ¿cómo serán sus menguantes votantes?

En cualquier caso la parte positiva es que, como muestran los resultados electorales, cada vez son menos. La gente quiere comer, trabajar y ser libre. Nos importa un bledo que el pijo de turno luche para que no se asuma el género de nuestros hijos.

En definitiva, ¿exageramos? Es posible, y más teniendo en cuenta donde ponen el listón Sánchez & Company. Pese a todo, es inevitable mirar con estupor la bajeza intelectual a la que, pijoprogres como Irene Montero, tratan de someternos. Aunque pueda parecer una nimiedad, uno de los modos más sencillos y eficaces de adoctrinar y manipular es la perversión del lenguaje. No les dejaremos. Ni a ellos, ni a ellas, ni a elles. 

“Si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento”

George Orwell

Publicado por Carlos Luque Flórez

Periodista polivalente. Soy de Aragón, la tierra noble.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: