Combate a la vista

Debate Madrid 4M

ADOLFO GARCINUÑO GIL

Se apagaron las luces y todos resoplaron. Los espectadores esperábamos una obra trágica, digna de autores griegos, pero conforme fue pasando el tiempo algunos nos quedamos con ganas de pedir el dinero de la entrada. En las afueras del teatro se escuchaba que los actores eran capaces de lo peor, de lo mejor escuché poco. Cuando alguien decía que ese actor era mejor que el otro, enseguida se armaba una riña. Cualquiera no entraba.

Solo por conseguir que el debate fuese lo más lejano a las elecciones, ganó Ayuso. Pero no le fue suficiente, consiguió mantener la cabeza fría y controlar los segundos que faltaban para escuchar el pitido final. Como Ramos, en un partido importante, cuando el Madrid va ganando. Iglesias intentó picar a Ayuso; cual pájaro a elefante, pero el elefante no se molestó mucho en mover la trompa.

V ox fue como un caballo de guerra que se encarga de abrir camino y empezar atacando. Era su plan; el de la astilla. Forjaron su coraza con las, repugnantes, piedras recibidas. El cartelito hará que V ox sea una palabra que se escuche en las terrazas madrileñas.

Edmundo se cansó de sacar agua del barco que se hunde y se hunde, el iceberg murciano fue demasiado grande. Su abogacía le echa de menos; llora a moco tendido cuando ve la foto en la mesilla de noche. Hasta a mí que no sé montar en moto, me entrarían ganas de coger la Harley. La esperanza es lo último que se pierde, y a veces, y solo a veces, el que la sigue la consigue.

De Gabilondo podemos decir que se olvidó los exámenes en su clase. Ha recordado que dejó la puerta del laboratorio abierta; Montero está rompiendo pipetas, probetas y todo lo que encuentra a su paso. Encima Sánchez está mezclando sodio con agua y le va a echar la culpa.

Mónica García, aunque se le llenaba la boca hablando de todo verde, consiguió mantener el bloque izquierdista. Sigue los pasos del Atlético; creérselo hasta el final, pero a la vez respetando a los que fueron fuertes. Llegará la última jornada del partido de la Liga Nacional, si ella y los suyos lo ganan, estarán en Champions.

Pablo Iglesias cuando hablaba no aguantaba la mirada a Isabel Ayuso, que le ponía ojitos y morritos. Era un fiel reflejo de aquél al que el diablo le habla y le tienta, pero prefiere escuchar la voz del ángel:

  • –  De verdad que no quieres comunismo, Madrid.
  • –  Nono, mejor Ayuso.Pd; esto no acaba aquí. A los actores donde de verdad les gusta actuar es en los corrales de comedia. No en el Teatro Real.

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