LA BODA ~Recuerdos de niñez~

LA BODA ~Recuerdos de niñez~

JOAQUÍN ECHEVERRÍA ALONSO

Era el día de su boda, Feliciano salió de la casa con las dos maletas que con tanta ilusión había hecho días atrás. Caminaba torpemente arrastrando sus pies. Un cúmulo de recuerdos afloraban a su cerebro. Los análisis, tuve que encargar los análisis, bueno ahora ya los conozco y tengo que ser honesto. Volvió, dejó las maletas y se fue sin nada como si saliera a comprar tabaco.

Siempre había pensado: ¿Como podría no querer a Margarita? Pero siempre dudando si Margarita estaría su alcance, si él estaría a la altura de las circunstancias. Se había esforzado tanto en pulir sus modales, adquirir educación, labrarse un porvenir.

Recordó sus juegos de infancia con Margarita. Su primer encuentro había sido en el borde del río aquella tarde de sol, en que él se dedicaba a cazar grillos en sus cuevas echándoles agua, también en ocasiones metía una hierba y la movía adelante y atrás. Margarita apareció y le dijo: -¡Qué bien cogisti el grillu!- la acompañaba aquella niña morenita que había emigrado a Alemania.

La recordaba tan limpita, ella era en aquella época una niña cuidada que apenas se movía fuera de su casa si no iba acompañada de una persona mayor.

-Toma-, dijo Feliciano, dudaba si lo aceptaría, -muches gracies, muches gracies- contestó excitadísima. Aunque dudó por un momento al ver las manos de Feliciano. –No te preocupes sólo es tierra, no se puede cazar grillos sin manchase-

No… no…  nada… sí,  quiero el grillo ¿ me lo das de verdad?-

-Sí-, dijo Feliciano, -yo sólu tengo una palabra-

-Muches gracies, ¿qué se les da de comer?-

Recordó como jugaban al pañuelo y como les gustaba cogerse las manos sobre el pañuelo, tropezarse corriendo… se habían hecho grandes amigos.

Después las pandillas de amigos y las chocolatadas, los primeros guateques, tan simpática, tan ingenua, tan atenta.

El padre de Margarita había puesto pegas, ella le había contado que su padre le había dicho: -¿Cómo puedes tratar con ese tipo de chico? Es un tirado, se crió en la calle-. Y que ella le había contestado: -ya sé que su padre sólo es un jornalero, pero él es un chico con instrucción y además me quiere mucho-

En la universidad habían ido a distinto distrito, pero no les faltaron las cartas diarias, Margarita siempre tan atenta mostrando ese amor, esa admiración, esa abnegación.

El padre de margarita había vuelto a la carga cuando decidieron casarse,  Margarita le había contado: -Le dije que no insistiera si no quería perder una hija-

Feliciano había traicionado solamente una vez a su amor, fue en aquel viaje a Cuba, las cubanas eran tan directas… tan agresivas. Siempre pensó que no tenía importancia. Pero días antes de la boda había tenido dudas… ahora los análisis lo confirmaban.

Que tontería hice, pero ahora tengo que hacerlo. Haré que parezca un accidente, es mejor que ella no sepa nada, va a sufrir, pero es joven y el tiempo la hará olvidar o al menos se recuperará, pero es mejor que no sepa mi traición.


Publicado por Joaquín Echeverría Alonso

Ingeniero de minas . Aficionado a contar historias más o menos reales.

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