Primavera ceutí

Primavera ceutí

ADOLFO GARCINUÑO GIL

El sanchismo ya estaba pensando en el 2050, repito 2050, pero 29 años antes tuvo una crisis migratoria sin precedentes de la que no pudo evadir responsabilidades ni echar la culpa a nadie. Era un problema que tenía que afrontar y resolver él solo: el sanchismo tenía que hacerse mayor. Era un trago muy duro: un trago de güisqui a palo seco.

Empecemos por algún lado. Todo nace en la decisión del Gobierno de acoger, con identidad falsa, al líder del Frente Polisario –un pieza de los pies a la cabeza– en un Hospital. Razones Humanitarias. Esta decisión fue la gota que colmó el vaso en la relación hispano – marroquí, para que Mohamed VI, rey de Marruecos, diseñara un nuevo formato de la Marcha Verde –1975–, manejando llegadas masivas de madres con bebés y niños y jóvenes, para iniciar una invasión migratoria en la Ciudad Autónoma de Ceuta.

Sí ya lo sé: ¿por qué con identidad falsa?, ¿por qué España acoge a un sujeto con causas abiertas –genocidio– en la Audiencia Nacional?, ¿por qué discrepancias entre los ministros en cuanto a la acogida? Preguntas. ¿Cuántas crisis más tienen que coger por sorpresa a este Gobierno para adelantarse a alguna? ¿Cuántas crisis tienen que estar descontroladas por este Gobierno para controlar alguna? Otras preguntas.

Qué clase de persona lanza a sus gentes para ajustar cuentas diplomáticas con el país vecino. Lo vivido en la playa de Ceuta es el final del principio de un chantaje o el principio del fin de un chantaje.

En mi último artículo Recuerda recordé que el sanchismo estaba en horas bajas y expliqué que todo tenía un precio. Mientras la Guardia Civil rescataba a bebes del agua, mientras el ejército intentaba parar el chorro masivo de inmigrantes y la legión intentaba cerrar la descontrolada llave migratoria, el sanchismo estaba asistiendo a un crudo baño de realidad. España va camino de la irrelevancia a nivel internacional. Cuanto mayor sea la debilidad del sanchismo, mayor será la debilidad de España. ¡Es el precio, idiota!

No puedes gobernar un país mirando a 1936 ni a 2050, un país se gobierna mirando al presente: a la crisis sanitaria; a la crisis económica; a la crisis migratoria. No estamos ni en la Guerra Civil –siempre la guerra– ni en Futurama. Estamos en los hospitales, en los comedores sociales o en las colas de paro. Estamos en la primavera ceutí. Idiota.

Pd: después del trago de güisqui a palo seco tiendes a intentar mantener el tipo y no balancearte para no caerte de bruces al suelo. Qué más tiene que pasar.


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