Milana

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GALLEGO Y REY. EL MUNDO (21/09/2021)

ADOLFO GARCINUÑO GIL

Las cuentas chinas con las que el Ejecutivo, el más grande en la Historia de la Democracia, juega con la factura de la luz van a hacer que terminemos con las faldillas y el brasero viendo cómo, dieciséis de los veintidós ministros que lo forman, se ausentan en la sesión de control en el Congreso de los Diputados, o cómo el Gobierno se sienta de nuevo, una vez más –las veces que hagan falta–, en la mesa de diálogo con el separatismo catalán –y vasco–, su principio y su fin.

Una mesa, un diálogo cuyo punto de partida es el desprecio a la Constitución. Un tira y afloja entre el Gobierno y la Generalitat, entre una parte que está dispuesta a todo: reverencia incluida ante la bandera autonómica catalana; y otra que no va a ceder ante nada: retirada de la bandera nacional antes de la declaración del presidente de la Generalitat.

Más que la mesa de diálogo es la mesa del abismo. Sánchez no para de coger a España y asomarla a la boca de un volcán, cuya lava arrasa con todo lo que se encuentra a su paso: la posición de un Estado que no garantiza la aplicación de sus reglas; las listas negras de los docentes que usen el castellano en las aulas universitarias catalanas; el precio de la luz; aquella crisis migratoria primaveral, que ha desembocado en la exministra de Exteriores dando explicaciones al juez. 

La mesa del abismo responde a los intereses de Sánchez para conservar el apoyo a sus presupuestos y mantenerse en el poder, y para ello le da igual que sus amigos revoltosos catalanes jueguen a la amnistía, intentando hacer ver que España es un Estado opresor, y a la autodeterminación, como si Cataluña fuese una colonia.

Los indultos concedidos este verano no fueron el final, sino el principio. En un intento forzoso por entender la razón de ser del separatismo, yo querría tener un aeropuerto amplio, con todo tipo de mejoras; cuantas más mejor. Desisto en el intento y solo llego a la conclusión que Cataluña está regida por chiflados, es la región española que más progreso ha dejado escapar, y ahora, para colmo, a la cabeza está un presidente apellidado Aragonés, de Aragón; una de las cunas de la Reconquista española, hacia el S XIII.

Al ser humano le atormenta tener un futuro incierto ante sí, porque no sabe cómo prepararse para lo venidero. El volcán, que despertó el domingo en La Palma, es la viva imagen de lo qué es un futuro incierto. Lo que está sucediendo en la isla canaria es que el fuego y el agua, por mucho que tengamos, son el rey y la reina de este tablero de ajedrez. Cuanto trabajo, cuantas ilusiones, cuanta vida sepultada bajo la lava. Cojan los álbumes de fotografías: mamá, papá, el hermano y la hermana. Cojan al pasado y acurrúquenlo fuerte, es el escudo del futuro.

Pd: no quiero que España acabe como Milana. 


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