Han pasado dos años desde que se perdió un disfraz socialdemócrata. Dos caminos puede seguir un presidente del Gobierno: uno es el de la verdad y otro el de la mentira. Sánchez se inclina por el de las mentiras, bajo la influencia de sus socios, salteadores de caminos, siéndole forzoso no seguir su andadura y a ella, sino quiere perder el bastón de mando, se debe.
En octubre de 2019 Sánchez sacó los restos de Franco, resucitando el lenguaje guerracivilista, para ganar unas elecciones cuyo epílogo fue un abrazo, que sumió a España en las brumas de un bosque que puso en jaque a su unidad, a su Estado de Derecho. Su ansia de poder justifica su falta de escrúpulos; su gobernanza consiste en gestionar un presente falso, para hipotecarse a un futuro difuso.
El sanchismo es un movimiento que día tras día apela al régimen del 78, pero gobierna con quienes atacan a diario a dicho régimen: con quienes elogian a dictaduras; con quienes dan Golpes de Estado; o con el brazo político de una banda terrorista. Es un movimiento que sigue la ley de los gases: toda idea con arreglo al orden constitucional pasa por todos los estados, hasta llegar a expandirse en una habitación, cuya puerta es cerrada con llave y ésta arrojada un pozo sin fondo.
Recordemos que este Gobierno subvencionó a una empresa, en quiebra, que tiene relación con una dictadura; indultó a unos presos que no se arrepienten de los actos que los llevaron a prisión; blanqueó al brazo político de una banda terrorista. Recordemos que este Gobierno ignoró los avisos de la OMS para prepararse frente a la pandemia; mintió a la población sobre la peligrosidad del virus; embarró el terreno en cuanto al recuento de fallecidos, de tal manera que no sabemos cuántas personas han fallecido por covid – 19. Recordemos que este Gobierno decretó por dos veces un Estado de Alarma, declarados inconstitucionales.
Si los resultados de unas elecciones, a este Gobierno, no le dan ni para pipas, no será por una labor encomiable de la oposición, más dedicada a ponerse palos en la rueda que a alcanzar La Moncloa, sino por intentar dividir el país, por su gestión de la pandemia, negar la crisis económica o por su repugnante propaganda. Porque esto es una jodida mierda.
Han pasado dos años desde las últimas elecciones generales. Dos años quedan para encontrar el disfraz socialdemócrata, antes de irnos a otras elecciones.
Pd; más de un 25 % de la población española está en riesgo de pobreza o de exclusión. Una jodida mierda.
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