Comentarios a la decimocuarta Copa de Europa del Real Madrid

Comentarios a la decimocuarta Copa de Europa del Real Madrid

ADOLFO GARCINUÑO GIL

“¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado’’. La vida eterna. Es el mensaje que hace veintiún siglos cambió la Historia de la Humanidad. 

Ser recordados. Era la razón de ser de todos los emperadores que han gobernado, de todos los reyes que han reinado.

El Real Madrid era la insignia de los estandartes con los que Julio César ordenó partir a las legiones romanas rumbo a Galia. Un madridista es un soldado romano que, sin miedo a nada, lucha en busca de la gloria. Nueve años tardó el Gran César en conquistar la vecina Galia y, para quitar a cualquiera la idea de batirse contra él, escribió un best – seller al que bautizó Comentarios a la guerra de las Galias. Al Real Madrid sólo le bastó noventa minutos para que Galia, y con ella el mundo entero, se arrodillase ante él. 

El madridismo es aquello que pasa entre que la razón es derrotada por el surrealismo y el frenesí se abre paso entre las tinieblas: las emociones a flor de piel estallan en un júbilo blanco de carrara. Porque donde los equipos mueren, el Real Madrid vive y los Sueños se hacen Realidad. La Realidad pasa a ser Historia. La Historia pasa a ser Leyenda. Y la Leyenda se encarga de fraguar los Sueños. Sueños que el Real Madrid hace realidad.

Ver jugar una final de Copa de Europa al Real Madrid es ser un espectador ciego de una obra trágica senequiana. Porque las batallas no se ven, se cuentan luego en función del resultado y gracias a la imaginación, que es la que da vida a las palabras que te permiten contar que el Real Madrid, valiéndose del sacrificio y de nunca bajar los brazos, es el equipo que más veces ha llegado al final del camino y sabe qué es lo que hay detrás. 

La Historia da la mano al Real, el Madrid a la Copa de Europa y juntos caminan, dejando huellas eternas, adentrándose en las brumas de la gloria, que se encargan de custodiar dos leones, Atalanta e Hipómenes, y preside la diosa Madre; se llama Cibeles.

Qué sería del fútbol sin el Real Madrid, sin ese equipo que le acaricia la tez, le unge de aceite y le da ese aroma a esencia mágica.

‘’La más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros’’. Damas y caballeros, Miguel de Cervantes dejó escrita una novela más inmortal que El Quijote. Se llama Real Madrid C.F.


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