PUEBLA. 21/06/2022. ABC.
El decaimiento del país es un espejismo de la debilidad de quien la gobierna. Sánchez es el dueño de una carnicería podrida instalada en el sectarismo con unas mediocres vistas a la ruina. Su liderazgo consiste en una estúpida huida hacia delante en la que se desprestigia a la verdad: el cuento de la lechera termina topando con la realidad.
El Gobierno, oficina de atención de independentistas y golpistas, anunció a bombo y platillo que seríamos un motor de crecimiento económico –el cuento de la lechera– desechando las advertencias del Banco de España, que no paró de avisar del aumento del precio de la vida –la realidad–.
El cuento de la lechera consiste en jugar con el dinero de los demás y cuando éste se acaba el cántaro sanchista se rompe. Cuando las carteras están vacías y en los armarios de la cocina hay polvo, la ideología sale por la ventana. Criticar la deriva sanchista trasciende de ir en contra de su ideología: el poder vale cualquier medio. ¡El empobrecimiento económico, señora! ¿Han pensado en cuánto estará el precio de la gasolina la semana que viene? Por ejemplo.
Este Gobierno faraónico y nulo, salido de tertulias, encuentra una contestación más evidente cada vez que se celebran elecciones. En la memoria del contribuyente andaluz todavía resuenan los ERE, el mayor caso de corrupción de la Democracia: cabarets, farlopa y marisquerías. Una operación criminal organizada que hizo de algunas regiones andaluzas las más atrasadas de España. No hay mejor alerta antisanchista: P(artido) de la S(ociedad) O(scura) y E(steril).
Por cierto, el sanchismo también puede ser el centro del donut, un mono con dos pistolas, víctima de sus propias mentiras, dispuesto a saltar por una jungla que está a punto de colapsar o una termita que corroe todos los pilares del Estado, como la diplomacia: el último cimiento en caer.
España se ha convertido en un referente en Europa a cerca de lo que no se tiene que hacer ni en economía ni en educación ni, por supuesto, en política exterior. La acogida del Frente Polisario, la primavera ceutí, la entrega del Sáhara, la patada argelina en el culo. ¿Qué obtiene España a cambio de su volantazo con respecto a la postura del Sáhara? ¿Qué no sabemos los españoles que los demás países saben de Sánchez?
Pd: la izquierda se destruye sola, pero mientras llega su destrucción arrasa con cualquier principio de convivencia. Y aún queda año y medio. Jo, jo, jo.
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