La lacra del terrorismo etarra

JOAQUÍN ECHEVERRÍA ALONSO

Sobre el libro ‘La doble pena de las víctimas, olvido e impunidad’.

El autor es Pedro González González; Guardia civil.


Se ha escrito mucho sobre terrorismo, particularmente sobre el terrorismo etarra. Este libro, en mi opinión, no es uno más de los que recogen la lacra sufrida por España y por muchos españoles, yo diría por todos los españoles de bien, aunque no todos; muchos separatistas y en particular las familias del entorno etarra disfrutaron de los beneficios de ese terrorismo.

El autor me ha pedido que escriba el prólogo del libro. Lo incluyo aquí porque en él sintetizo como aprecio el contenido de la obra.

Prólogo

Ha llegado a mis manos este libro en el que se recogen las vivencias de un guardia civil que sufrió el acoso de ETA, el peligro en el que estuvo su vida y la angustia de ver como iban cayendo asesinados por la banda terrorista sus compañeros y otras personas de bien, en las que los separatistas ponían la diana para ser asesinados. También vivió las muertes de personas que fueron asesinadas por equivocación o por darse la casualidad de que estaban en el lugar de un atentado terrorista.

Nos cuenta las maldades y las ignominias perpetradas por los asesinos, sus inspiradores y sus familias. No quiero dejar de citar la enorme influencia de parte del clero católico, que colaboró de forma importante en la puesta en práctica de la limpieza étnica que supuso expulsar de su tierra a bastantes más de 100.000 personas y evitar que se instalaran en las provincias vascongadas o en Navarra personas que habían ido allí a buscar un futuro mejor.

Este libro ha recrudecido mi recuerdo del sufrimiento que provocó a tantos españoles, también a mí, aunque eso no es nada comparado con el que sufrieron los que vivieron en aquella tierra y en particular las Fuerzas Armadas, los políticos decentes y también, por qué no decirlo, en el clero que se encomendaba a Dios pidiendo la conversión de los malvados.

Hoy sigue siendo necesario recordar a las víctimas del terrorismo, también la maldad de los asesinos y de los colaboradores necesarios, dentro del ámbito social y político que tan necesarios fueron para perpetrar el mal. Todavía hoy se hacen homenajes a los asesinos con la colaboración de las autoridades políticas por acción o por omisión. La cobardía se mezcla con la falta de dignidad y la venta de algunas personas para conseguir objetivos personales a costa de hacer escarnio del bien y la justicia.

Este libro tiene la virtud de transpirar el sentimiento de una persona que lo vivió en directo y no solo cuenta y detalla el genocidio con los datos de cada asesinato, de cada atentado, sino que también cuenta las repercusiones sociales que tuvieron para todas aquellas personas que se vieron extorsionadas presionadas y amenazadas y sufrieron la angustia de ver como sus familias, sus posibilidades económicas y profesionales y su vida se vio destrozada por tanta maldad.

Este genocidio no puede quedar impune y hoy tengo la impresión de que están ganando los genocidas, tanto los que apretaron las pistolas, como los políticos separatistas que apoyaron aquella barbarie.

Creo que lo aquí recogido debe formar parte de los programas educativos, que se conozca la angustia de las personas que sufrieron la maldad, la barbarie y el desprecio, para que nuestros jóvenes lo conozcan y tomen nota para que ese odio no se repita Y los malvados sufran el desprecio, no los homenajes que ahora reciben.

Joaquín Echeverría Alonso. Padre de Ignacio Echeverría Miralles de imperial: el Héroe del Monopatín de Londres


Publicado por Joaquín Echeverría Alonso

Ingeniero de minas . Aficionado a contar historias más o menos reales.

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