IGLESIA DE SANTA ANA (Moratalaz) ~Repartiendo arte~

Iglesia de Santa Ana en Moratalaz

MANUEL LIEDANA DE OTAZU

Durante los últimos meses he llevado a cabo mi trabajo de fin de grado. Éste trataba sobre las iglesias del arquitecto español Miguel Fisac, nacido en el año 1913 y cuya obra se extiende por toda la segunda mitad del siglo XX. Su obra religiosa es, además de muy amplia, muy interesante por la renovación que supuso en esta clase de edificios. 

El trabajo me llevó por buena parte de la geografía española para visitar sus iglesias. Desde Madrid, donde tiene múltiples construcciones, hasta los Pirineos, donde tiene unas pequeñas parroquias en Jaca y en Canfranc. Pasando por Vitoria, donde se encuentra la iglesia de la Coronación. Esta investigación y viajes, me motiva a volver a escribir en este blog, donde trataré de explicar brevemente en distintas entradas las iglesias que he ido estudiando.

Iglesia de Santa Ana en Moratalaz

Comenzaremos por la primera iglesia que realizó Fisac tras el Concilio Vaticano II. La iglesia de Santa Ana se ubica en Moratalaz y se construyó en 1965. Es la primera iglesia que Fisac realizará bajo los nuevos preceptos del nuevo rito litúrgico. Este nuevo rito hacía que el fiel no fuera un mero asistente, si no que participase de lo que en la misa sucede. Esto supondrá un gran cambio en la disposición de los asistentes y de la organización del presbiterio.

De esta forma, Fisac idea un espacio de reunión, donde el altar se acerca a los bancos, y estos lo rodean y abrazan. Así, lo que sucede en el altar está, de algún modo, en medio de los fieles que además se ven las caras y forman parte del rito de la misa. Unida a la disposición rodeando el altar, la pendiente hacia el presbiterio hace que todos los asistentes puedan verse y ver lo que está sucediendo.

Hablemos ahora del acceso. En sus iglesias anteriores, Fisac proyecta un espacio de transición entre el exterior y el interior. Un espacio donde el que va a entrar a la iglesia pueda pensar y preparase para el sitio al que va a entrar, donde pueda dejar atrás las preocupaciones del mundo exterior y crear una mirada de introspección. Esta transición la realiza a través de un porche previo a la puerta de acceso, donde la transición a un espacio cubierto y después a un espacio cerrado crea esa transición y preparación.

Iglesia de Santa Ana en Moratalaz

Para crear esa atmósfera de recogimiento que ayude al cristiano a rezar, Fisac coloca en la parte trasera unas ventanas muy opacas (ahora han sido cambiadas por unas de colores un tanto llamativos, de forma que se pierde esa sensación de penumbra). Estas ventanas opacas creaban en la zona de los bancos un espacio oscuro que contrastaba con la luminosidad del espacio del presbiterio. El altar tenía por encima un gran lucernario compuesto por unas lamas que daban dirección a la luz natural hacía el altar y el crucifijo de detrás. De esta forma la luz se quedaba en esa área. 

Iglesia de Santa Ana en Moratalaz

Este contraste entre luz y penumbra, no solo creaba dos espacios con sus distintos usos y significados, si no que también dirige la mirada del fiel hacia el altar, creando en él un foco centrador de todo el espacio interior de la iglesia.


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