ASÍ FLUCTUABA EL PNV: DEL BANDO REPUBLICANO A LOS FASCISTAS EN SANTOÑA

JOSÉ MARÍA AIGUABELLA AÍSA

«Nosotros con los fascistas, nada de nada»

ElPlural 16 de julio de 2023

Esta declaración fue realizada por el portavoz del Partido Nacionalista Vasco, Aitor Esteban, en el Congreso de los Diputados. La trayectoria histórica pone de manifiesto el oportunismo del PNV en sus alianzas y en la fidelidad a las mismas. Corría el año 1936 cuando el elenco de idas y venidas, en apenas un año, incluidas las traiciones,  cuestionaron  la fiabilidad de este partido como aliado. 

He aquí, una síntesis de su trayectoria en aquel tiempo, que pone de manifiesto, entre otras, no menos contradictorias, las relaciones del PNV con los fascistas. A día de hoy, el acercamiento al fascismo resulta imposible, porque no existe, aunque algunos lo invoquen, sea desde su ignorancia o el interés espurio.  

  1. En la fase previa del Alzamiento de julio de 1936, el PNV observó una actitud de colaboración, más o menos activa, con el golpe. Cuando se diseñaba el plan de acción manifestó su intención de mantenerse neutral, en caso de que fuera un golpe propiciado por una autoridad militar e incluso de participar si era bajo la dirección de instancias civiles tradicionalistas.  
  2. Al estallar la  guerra optaron por chantajear al Frente Popular para obtener un Estatuto. El oportunismo, fruto de los intereses nacionalistas, hizo posible que, un partido tradicionalmente derechista, clerical, burgués, de orden, entroncado con  la oligarquía vizcaína se sumase al Frente Popular compuesto entre otros por un PSOE bolchevizado, anarquistas, trotskistas, Esquerra Republicana de Cataluña, todos ellos en las antípodas ideológicas del PNV. Se trataba de aprovechar la tragedia de la guerra civil para chantajear a uno u otro bando hasta obtener el Estatuto de Autonomía, sin importar los medios utilizados ni la legalidad vigente. Inicialmente, las posibilidades de éxito, dados los recursos de partida con que contaba cada bando, se decantaban hacia el bando republicano. Pudo ser el  motivo  por el que el PNV se adhirió al Frente Popular.
  1. Cuando los vientos se volvieron en contra para el Frente Popular contemplaron la posibilidad de negociar con Franco. La evolución de la guerra hacía cada vez más incierta la victoria del Frente Popular, por lo que, llegado el caso,  la independencia de Euskadi iba a resultar imposible. Mientras que mantenían las apariencias con sus aliados, negociaban con Franco una rendición  por separado, cuyas consecuencias para aquellos resultaría letal. 

A finales de enero de 1937, Franco les hizo llegar las condiciones que imponía para la rendición, que resultaban bastante favorables para ellos en aquellas circunstancias, pero fueron rechazadas, debido a la postura intransigente del Presidente  provisional del Gobierno Vasco, José Antonio Aguirre. 

El 6 de mayo del mismo año, retomadas las conversaciones, se establecen las condiciones para la rendición de Vizcaya, entre cuyos acuerdos consta: la obligación de las autoridades militares vascas de conservar intactas la ciudad y las industrias militares (el gobierno republicano había dado orden de destruirlas en caso de que fueran conquistadas); se les facilitaría la huida a los dirigentes políticos; en el orden político Vizcaya dispondría de una descentralización administrativa. El Lehendakari, Aguirre, que las aceptó en un principio, en seguida cambió de idea, tratando de imponer exigencias a los vencedores, como la supervisión de un país neutral para la entrega de las armas.

  1. A la vez,  trataron de convertir Bilbao en un protectorado inglés en contra de los intereses tanto del bando republicano, en el que supuestamente militaban, como de la unidad nacional. En enero de 1937, siguiendo indicaciones del Presidente del Gobierno vasco, José Antonio Aguirre, se ofreció a Inglaterra el establecimiento de una base militar en Bilbao, siempre respetando los intereses de la  naviera Sota y Aznar, por los servicios que sus oligarcas propietarios prestaban al nacionalismo vasco.  Poco importaba suscribir los pactos más humillantes, con tal que  favorecieran sus propósitos separatistas.  El intento no paso de ser un sueño  fugaz. 
  1. Finalmente se echaron en brazos de las tropas italianas que Mussolini había enviado a combatir con los sublevados, intentando conseguir una carta de Estado Libre Asociado  al gobierno fascista  italiano. El 19 de junio de 1937 los nacionales tomaron Bilbao. Los dirigentes del PNV trataron de salvarse a cualquier precio. Comenzaba la desbandada, hasta el punto de traicionar al gobierno republicano, en cuyo bando supuestamente militaban, acordando a sus espaldas con los fascistas italianos, que actuaban, a su vez, sin contar con su aliado, Franco, la rendición del Ejército de Euskadi a  cambio de protección de sus dirigentes, funcionarios y oficiales, mediante una evacuación por mar. Los nacionalistas habían pactado, a finales de julio, entregarse a los italianos, indicándoles por donde debían atacar al ejército republicano. El 26 de agosto, los italianos tomaron Santoña y los batallones del PNV se rindieron ante ellos. Franco no admitió el pacto y el 4 de septiembre los italianos entregaron a los peneuvistas al bando nacional. 

La cuestión de fondo  es la conducta del PNV hacia sus aliados del Frente Popular, que les habían concedido la autonomía, tolerado las vulneraciones de esta, y defendido Vizcaya a un alto coste en todos los órdenes.

En otro momento podremos continuar con las fluctuaciones que nos llevan a la actual situación, en la cual se han acabado las nueces y le han quitado el árbol.

Finalizo con una cita escrita, en 2005, por J. Díaz Herrera, Los mitos del nacionalismo vasco, que anunciaba la balcanización que hoy nos amenaza:

«El recibimiento dispensado al lehendakari vasco, Juan José Ibarretxe en el Palacio de la Moncloa el 26 de julio de 2004 con la ikurriña ondeando en la escalinata del edificio presidencial, a la misma altura que la enseña nacional, fue todo un síntoma de los tiempos que se avecinaban. Con José Luis Rodríguez Zapatero oficiando de maestro de ceremonias y dando a su visitante el tratamiento casi de un jefe de Estado, se ponía en marcha un proceso que amenazaba con el suicidio de España».

««Cuando se quiere la paz al precio del deshonor se obtiene el deshonor, pero no se consigue la paz»

Winston Churchill

Publicado por José María Aiguabella Aísa

El Profesor.

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