Panem et circensis vs Una entrada para el cine. Métodos para mantener al pueblo contento en su miseria

JOSÉ MARÍA AIGUABELLA AÍSA

Aunque la cronología nos aleja del pasado, a veces con percepción inalcanzable, la naturaleza humana nos aproxima a nuestros ancestrales congéneres hasta la coincidencia. Han cambiado los atuendos, las lenguas, los alimentos, los recursos técnicos, pero el amor, el odio, la soberbia, la humildad, la avaricia, la generosidad, la envidia, el altruismo, el heroísmo, la traición, la solidaridad, el egoísmo, la verdad y la mentira han estado, están y estarán presentes en los intersticios del alma de cada miembro de la sociedad humana. En unos casos para bien, en otros para mal, aunque en general se entremezclan,  en distintas proporciones, unos con otros, de modo que el ser humano, alternativamente, es capaz de lo mejor y de lo menos bueno. 

Las sociedades humanas necesitan organizarse para alcanzar los fines que la polis pretende. La política es una noble y necesaria actividad: el hombre es un animal político, advirtió Aristóteles.

La noble y necesaria actividad política debe estar a cargo de quienes anteponen el espíritu de servicio, que tiende al bien común, a otros intereses espurios.  

Desgraciadamente, lo que debiera ser y lo que es coinciden menos de lo deseable. El encanto seductor que el poder proporciona, aderezado con los halagos y adulaciones que, excitando la soberbia, provocan en el político narcisista el irrefrenable deseo de perpetuarse en su disfrute, utilizando para ello las argucias manipuladoras que, como no puede ser de otra manera, tratan de comprar la voluntad popular para beneficio propio y de sus turiferarios.  Estas maniobras, tan antiguas como la humanidad, se repiten, a lo largo de la historia, con algunos infaustos éxitos.  

Obsérvese la coincidencia de aquellas circunstancias en Roma con las españolas de nuestros días:

«En medio del periodo del emperador Tito, ocurrieron varios hechos: el Vesubio entró en erupción destruyendo Pompeya, una epidemia en Roma produjo que un tercio de la población muriera y un incendio asoló la ciudad durante tres días. El pueblo demostró su descontento con el emperador Tito; sin embargo, éste era audaz para sostenerse y se le ocurrió terminar de construir el Coliseo rápidamente y proclamar su inauguración, que contempló alrededor de 100 días de espectáculos gratis». 

«Los combates en el Coliseo eran salvajes, porque se eliminaban a los enemigos de Roma con luchas a muerte, ejecuciones de desertores, criminales y prisioneros de guerra. El espectáculo también contemplaba peleas entre animales y se cree que alrededor de 9.000 animales fueron sacrificados. Se disfrutaba de batallas navales para tener intermedios en los que se repartía pan y fue allí que el pueblo perdió su memoria y se le olvidaron sus dificultades».

«De esta forma, se ofrecía el pan y entretenimiento al pueblo para proporcionar a su emperador el poder para mantenerse; por medio de esta estrategia distractora, el pueblo romano había olvidado sus derechos y el deber de cuestionar a los políticos romanos, que solo buscaban votos conquistando a muchos por medio del pan, con su populismo acrecentado». Sandra Castillo.

Otro ejemplo: En la España decimonónica se llegaba a comprar un voto a cambio de un puro.

Los caciques eran individuos que, por su poder económico o por sus influencias políticas, controlaban una determinada circunscripción electoral con sus pesebres. Se encargaban, sobre el terreno, de la manipulación electoral. 

El ministro de la gobernación (hoy del Interior) era quien elaboraba las listas de los candidatos que debían ser elegidos necesariamente. 

Los gobernadores civiles (hoy Delegados del Gobierno) transmitían la lista de los candidatos “ministeriales” (que eran los que debían salir elegidos) a los alcaldes y caciques. A partir de ahí, se  ponía en marcha el proceso para garantizar los resultados previstos de antemano. 

El pucherazo consistía en la práctica de trampas electorales para conseguir el objetivo, mediante la compra de votos, falsificación del censo y de las actas de resultados, así como la utilización de la coacción sobre el electorado. Un voto se podía comprar con un puro a la puerta del colegio electoral.  El voto por correo no se podía falsificar porque no existía como hoy. 

En el siglo XXI las tentaciones que acechan al poder son las mismas que en la Roma de Nerón. Nada nuevo hay bajo el Sol. La entrada para el cine, los paseos en Interrail, los bonos, subsidios y dádivas semanales son el equivalente al pan y el circo o al puro, con los que antaño el pueblo era sumido en la estulticia. Por si esto falla, siempre queda el recurso al miedo. Aunque resulte sorprendente, el viejo método sigue resultando útil: para que políticos sin principios puedan obtener beneficio del engaño, es necesario que los gobernados carezcan de memoria.

¿Llegados aquí, el noble pueblo descubrirá las argucias con las que el poder mendaz pretende comprarle el voto, siempre con cargo a la deuda del Estado, que crece sin límite? La factura de las chuches que hoy reparte el poder las pagará, con intereses, el noble pueblo. 

“Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad”
Miguel Delibes
Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje
Aldous Huxley
“Vota a aquel que prometa menos. Será el que menos te decepcione”
Bernard M. Baruch

«El pueblo, del que en otro tiempo dependían el gobierno, la justicia, las fuerzas armadas, todo, ahora se desentiende y sólo desea con ansia dos cosas: pan y circo»

Juvenal

«Una nación de ovejas pronto engendra un Gobierno de lobos»

Edward R. Murrow

Dos de Mayo de 1808. El pueblo español defiende su soberanía

Por qué, para qué y cómo Napoleón quiso adueñarse de España

«Zaragoza no se rinde. La reducirán a polvo: de sus históricas casas no quedará ladrillo sobre ladrillo; caerán sus cien templos; su suelo se abrirá vomitando llamas; y lanzados al aire los cimientos… caerán las tejas al fondo de los pozos …pero entre los escombros y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde»

Benito Pérez Galdós, Episodios Nacionales

JOSÉ MARÍA AIGUABELLA AÍSA

A finales del siglo XVIII España contaba con unos doce millones de habitantes, la mayoría de ideas conservadoras. A pesar de ello, fue el tercer país, tras Estados Unidos y Francia, en llevar a cabo la revolución liberal. Entre otros factores: la invasión francesa por parte de Napoleón; el levantamiento de los españoles contra dicha invasión; la celebración en Cádiz de las Cortes que redactaron la Constitución de 1812 son los hechos que precipitaron, en última instancia, el cambio  del Antiguo al Nuevo Régimen.

Las relaciones exteriores de España durante el siglo XVIII habían estado centradas, fundamentalmente, en la búsqueda de alianzas para defender sus territorios en América frente a Inglaterra. Los Pactos de Familia, suscritos entre los Borbón, que reinaban en España, y sus parientes que lo hacían en Francia, constituyen el eje de la política exterior española entre 1730 y 1783. 

En España, Carlos IV inicia su reinado un año antes de que estalle la Revolución francesa (1788). El personaje clave en las decisiones políticas de su reinado fue Manuel Godoy, cuyas medidas en política internacional siguieron esta secuencia:

  • En 1789 estalló la Revolución Francesa, que llevó al monarca Luis XVI hasta la guillotina. El pánico se extendió entre las monarquías europeas. España declaró la guerra a la Francia revolucionaria, que terminó con la Paz de Basilea. 
  • Restablecidas las relaciones tanto con el gobierno moderado, que sucedió al «periodo del terror», como en los acuerdos con Napoleón, Godoy se someterá a los intereses de la política exterior francesa. Los dos Tratados de San Ildefonso (1796 y 1801) con Francia  condujeron a sendas derrotas de la flota española ante Inglaterra en el cabo de San Vicente y en Trafagar.
  • Napoleón decidió invadir Portugal, tradicional amigo de Inglaterra, enemiga de Francia. A tal fin, acuerda con Godoy en el Tratado de Fontainebleau (1807), que España dejaría pasar a las tropas francesas por su territorio en dirección a Portugal, el cual sería repartido en dos partes, una para Francia y otra para Godoy.   

Las tropas de Napoleón, con el beneplácito de las autoridades, penetraron  en España y comenzaron a ocupar las principales ciudades. La familia Real y Godoy, se encontraban en Aranjuez, donde se  produjo, entre los días 17-19 de marzo de 1808, un motín popular, que promovido por los partidarios del príncipe, Fernando,  provocó  la caída de Godoy y obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo. 

Padre e hijo aceptaron la mediación de Napoleón para resolver su enfrentamiento por el trono. Napoleón, tras atraerlos a la ciudad francesa de Bayona, consiguió convencer a Fernando para que devolviera el trono a su padre que, previamente engañado, había puesto el trono de España en manos de Napoleón, el cual tras retener a ambos monarcas en Francia puso en el trono español a su hermano José Bonaparte,  José I, apodado en Madrid como Pepe botella

Fernando VII, antes de partir hacia el engaño de Bayona, constituyó una Junta Suprema de Gobierno, la cual siguiendo las órdenes recibidas no ofreció resistencia al lugarteniente napoleónico. Cuando las evidencias de lo que sucedía aumentaron, optó por dejar hacer a los franceses en manifiesta dejación.

El pueblo de Madrid supo descubrir que las autoridades oficiales españolas estaban en fuga y que la patria estaba entregada al extranjero. Ese pueblo, supuestamente ignorante, supo ver con claridad lo que estaba sucediendo.

Corría el 2 de mayo de 1808. Desde las primeras horas del día, la masa popular observó cómo,  del Palacio, eran sacados miembros de la familia Real. Grupos de paisanos comenzaron a gritar: “Traición, nos han llevado al rey y se nos quieren llevar a las personas reales”. Vecinos, armarse. ¡Viva Fernando VII!”

Pronto  comenzaron los enfrentamientos de los paisanos contra Rucher, ayudante de Murat y el general Lagrange. Sus armas son elementales: viejos pistolones, palos, cuchillos, piedras, navajas, líquidos hirviendo.Frente al Palacio Real,  en la Puerta del Sol, en el barrio de la Paloma, en el Rastro, en la plaza de la Cebada,  el pueblo se lanza a la batalla contra la caballería francesa. En la Puerta del Sol las tropas francesas a caballo (los mamelucos) son atacadas navajas en mano por el pueblo sublevado.

En el Parque de Artillería de Monteleón, los capitanes Velarde y Daoíz, junto al teniente Ruiz lideran la heroica defensa del cuartel. Entre otros héroes, destaca la figura de Manuela Malasaña y Oñoro, que facilitaba munición a su padre para que disparara contra las tropas francesas, hasta dar su vida.

Está documentada la muerte de españoles de todo tipo y condición desde un esquilador a un profesor de cirugía, un abogado, un cochero, un capellán, incluso hay referencia de un pordiosero etc.  La noche del dos al tres de mayo fueron fusilados en la montaña del Príncipe Pío los apresados en la sublevación del día anterior por decisión de Murat, que publicó una orden para ajusticiar a los que tuviesen armas; a quienes publicasen o vendiesen libros sediciosos; se disolvería a tiros toda reunión de más de ocho personas; cualquier lugar donde se asesinase a un francés sería quemado.

 La reacción popular española fue la no aceptación de la intromisión extranjera. La sublevación contra las tropas francesas, el 2 de mayo, en Madrid, cundió en las demás capitales de provincia. Las autoridades fueron sustituidas por Juntas, que declararon la guerra a los franceses y asumieron la autoridad ante el vacío de poder que se había producido por la retención en Francia de los que consideraban sus reyes legítimos. 

La guerra de la Independencia española no tuvo un carácter revolucionario de inicio, ya que el pueblo español, en su mayoría, defendía su identidad, su religión, su monarquía en el sentido más tradicional, pero de hecho el pueblo estaba aplicando el principio de la soberanía nacional, al otorgar el poder a las Juntas.

Vascongadas y Cataluña estuvieron implicadas en la defensa de su soberanía como   los demás españoles: 

La Proclama de las Juntas Provinciales Vascongadas reunidas en Juntas durante la Guerra de la Independencia en apoyo y fidelidad a la nación española y en lucha contra el invasor francés.«Españoles: Somos hermanos, un mismo espíritu nos anima a todos, arden nuestros corazones como los vuestros en deseo de venganza, y con dificultad contienen nuestra prudencia y patriotismo hasta mejor ocasión nuestros indómitos brazos, ya que quisieran derramar sobre el enemigo la muerte que nuestros generosos pechos saben arrostrar intrépidamente. Aragoneses, Valencianos, Andaluces, Gallegos, Leoneses, Castellanos, etc., todos nombres preciosos y de dulce recuerdo para España, olvidad por un momento este mismo nombre de eterna memoria, y no os llaméis sino españoles…»
Acta de proclamación de independencia con respecto al poder usurpador napoleónico de la Junta Suprema de Cataluña en Gerona el 19 de julio de 1808:«Ninguna clase, ningún estado puede eximir de tomar las armas y organizarse debidamente para repeler la agresión que sufren los derechos del Altar y del Trono, los intereses de la Nación española, su dignidad e independencia.”. 

«A los españoles les gusta renegar de su país y de sus instituciones, pero no permiten que lo hagan los extranjeros»

José Bonaparte

La República repudiada por sus Padres

JOSÉ MARÍA AIGUABELLA AÍSA

La aportación de estos hombres fue decisiva para el advenimiento de la Segunda República. El Manifiesto de la Agrupación al Servicio de la República, de febrero de 1931, firmado por los tres, tuvo un importante efecto propagandístico y político. Los rumbos que tomó la república les llevaron a la decepción. 

Gregorio Marañón (1888-1960). Médico, científico, historiador, figura destacada del liberalismo español, cuyas obras han gozado de relevancia internacional. Fundó en 1930, junto a Ortega y Gasset y Pérez de Ayala la Agrupación al Servicio de la República, de gran trascendencia en la instauración del régimen republicano. Fue en casa de  Gregorio Marañón donde tuvo lugar la reunión en la que se tomó la decisión por la que la monarquía cedía su poder al gobierno provisional de la república.

Tras ejercer dos años  como diputado se retiró para dedicarse a la ciencia. Su manifiesta discrepancia con la evolución política, que había sustituido el régimen republicano por una dictadura marxista,  le condujo a comparecer ante un tribunal popular, viéndose obligado, bajo coacción, a firmar un documento en apoyo del gobierno republicano, así como a pronunciar una declaración por la radio del Partido Comunista.

«…Cuando durante cinco meses he tenido que firmar, pistola al pecho lo que querían […]; cuando he tenido que decir por la radio lo que querían, a las doce de la noche, entre fusiles, comprenderá usted que todo lo de los otros me parece una broma. Me acuerdo de aquel Primo de Rivera, dictador, que me encarceló, como de santa Teresita».  

Se refugió con su familia en la embajada de Polonia, consiguiendo huir a Francia en febrero de 1937. Denunció que un gran número de profesores e intelectuales, incluso los tenidos como de izquierda, habían tenido que huir de España por temor a ser asesinados por los rojos. Dedicó a los dirigentes que se hicieron con el control de la república calificativos como: crueles, ladrones, infames, cobardes, desleales, podridos. 

Desde el primer momento apoyó al bando nacional convencido de que era la única alternativa frente al comunismo bolchevique.

« ¡Qué asco, qué asco! Tendremos que estar maldiciendo varios años la estupidez y la canallería de estos cretinos criminales […] Cómo poner pegas, aunque las haya, a los del otro lado […] Horroriza pensar que esta cuadrilla hubiera podido hacerse dueña de España […] »
«Me sabía en peligro. Una mañana leí, en el periódico de Largo Caballero, estas líneas destacadas en letras enormes: Si queréis saber los antecedentes de Gregorio Marañón, buscadlos en las listas fascistas. Era una sentencia de muerte. Esta hoja oficial publica, en efecto, bajo esta forma, sus órdenes de ejecución […]  (febrero 1937 en París).
«Hoy quedan en la España roja exclusivamente los marxistas y sus prisioneros […] Los hombres de izquierda no moscovizados están fuera de España. Muchos no se atreven a decir las razones de su destierro. Pero ninguno quiere volver». (febrero 1937).
«Solo una cosa importa: que España, Europa y la Humanidad se vean liberados de un régimen sanguinario, de una institución de asesinos de cuyo advenimiento, por un trágico error, nos confesamos culpables».   (diciembre 1937, París).
«Con el pretexto del triunfo de las derechas en las elecciones intentaron un golpe revolucionario y netamente comunista para ocupar el poder en 1934 […] La sublevación de Asturias en octubre de 1934 fue un intento en regla de ejecución del plan comunista de conquistar España […] El movimiento comunista de Asturias fracasó por puro milagro. Pero dos años después tuvo su segundo y formidable intento»  (diciembre 1937, París).
En marzo de 1939, a punto de finalizar la guerra escribía Pérez de Ayala:«Horriza pensar que esta cuadrilla hubiera podido hacerse dueña de España. {…] Y aún es mayor mi dolor por haber sido amigo de estos escarabajos; y por haber creído en ellos. ¡No merecemos que nos perdonen!»

Apoyó incondicionalmente al bando nacional. Su hijo, Gregorio, se alistó en el ejército de Franco. En 1942 volvió a España, donde vivió hasta su muerte en 1960.

«Si los rojos (ahora y siempre comunistas, rusos) ganan, yo no volveré a España. Si los otros ganan, con sus defectos y todo, iré».

José Ortega y Gasset (1883-1955). Catedrático de metafísica  de la Universidad de Madrid; Académico de la de Ciencias Morales y Políticas. Fundador de la Revista de Occidente. Elegido diputado al proclamarse la república, fundó con Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala la Agrupación al Servicio de la República. Ortega ocupó un lugar de privilegio en la historia del pensamiento español de las décadas centrales del siglo XX. Había defendido que la monarquía debía desaparecer por el bien de España. 

«¡Españoles, vuestro Estado no existe!¡Reconstruidlo! Delenda est Monarchia» (15 de noviembre de 1930)

Elegido diputado a Cortes Constituyentes, al mes y medio de la proclamación de la República, ya habían ardido iglesias y conventos, lamentó la situación.

«Gentes con almas no mayores que las usadas por los coleópteros han conseguido en menos de dos meses encanijarnos esta República niña y hacerle perder el garbo con que nació».

Como parlamentario se opuso al estado federal y criticó a las izquierdas por su concepción revolucionaria del régimen.

«Una cantidad inmensa de españoles que colaboraron con el advenimiento de la República con su acción, con su voto o con lo que es más eficaz que todo esto, con su esperanza, se dicen ahora entre desasosegados y descontentos: ¡No es esto, no es esto! La República es una cosa. El radicalismo es otra. Si no, al tiempo». (9 de septiembre de 1931)

En 1932 manifestó por escrito su discrepancia con la nueva Constitución y disolvió la Agrupación al Servicio de la República

Cuando el 13 de julio de 1936 fue asesinado José Calvo Sotelo, a manos de un grupo de guardias de asalto y de matones del PSOE, se escondió con su  familia en casa de su suegro, lo que impidió caer en manos del chequista García Altadell. 

Tras refugiarse en París, sus dos hijos se alistaron en el ejército de Franco. Ortega manifestó a Marañón que estaba arrepentido por haber colaborado en la campaña contra la Monarquía. Tras pasar por París, Holanda y Argentina regresó a España en 1944, dando continuidad a su labor intelectual, hasta su fallecimiento en 1955. 

Ramón Pérez de Ayala (1880-1962). Premio Nacional de Literatura en 1927; Académico de la Lengua; Director del Museo del Prado; embajador  en Londres. Fue el tercer fundador de la Agrupación al Servicio de la República. Feroz antimonárquico, consideró a la familia real española incapacitada genéticamente para dirigir la nación. 

Tras el pucherazo electoral en las elecciones de febrero de 1936, que llevaron al Frente Popular al poder, sufrió tal desengaño por la evolución que había tomado la República, que se apartó de la actividad política. 

Al estallar la guerra pudo huir de España. Instalado en París, defendió al bando nacional y atacó al Frente Popular. Sus dos hijos se alistaron en el ejército de Franco. En junio de 1937, escribió una carta a Franco manifestándole su adhesión y ofreciéndole sus servicios. , En 1938, desde las páginas del periódico The Times, expuso, a los ingleses, su postura frente a la Guerra Española.   

«El respeto y mi interés por la verdad moral me empujan a confesar que la República Española ha constituido un fracaso trágico. Sus hijos son reos de matricidio…»

A punto de finalizar la guerra escribió una carta a su amigo Gregorio Marañón en la que reitera su contrariedad por lo sucedido durante la República.

«Cuanto se diga de los desalmados mentecatos que engendraron y luego nutrieron a los pechos nuestra gran tragedia, todo me parecerá poco […] Siempre los tuve por tontos de babero y brutos estructurales […] lo que nunca pude concebir es que hubiesen sido capaces de tanto crimen, cobardía y bajeza».

Regresó a Madrid en 1940. Tras pasar un tiempo en Argentina, vivió en España hasta su  muerte en 1962.

Se han difundido falsedades frecuentes presentando el exilio de numerosos profesores e intelectuales como perseguidos  del bando nacional, cuando la mayoría huía del Frente Popular, como son, entre otros, los casos de Menéndez Pidal, García Morente, Puig y Cadafalch, Jiménez Díaz, Pio Baroja, Azorín, D’Ors, Salvador de Madariaga, Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna.

Febrero del 23.

ADOLFO GARCINUÑO GIL

A los míos:

Para Azorín la vida era ver volver –Vivir–. En la primera parte del Quijote la sobrina, el ama y sus amigos, el cura Pero Pérez y el barbero Nicolás, vieron como el andante caballero volvió a su hogar apaleado y encantado. Le vieron caído y le vieron levantarse. Volver a levantarse.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Antonio Machado.

Volver a levantarse significa volver a ver las flores brotar y a los pájaros piar. Y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar. Antonio Machado. ​

En aquella habitación sólo hubo muestras de amor y nobles recuerdos.

En memoria de Mariano Gil Navas, que partió a la viña del Señor.


El fetichismo “ecolojeta” y la supresión del ser humano

JOSÉ MARÍA AIGUABELLA AÍSA

«Aunque los que hablaban eran los más hábiles, los que decidían eran los ignorantes»

Plutarco

Mientras el «contaminador» concienciado tranquiliza su ánimo, mediante la búsqueda por tiendas e hipermercados de eslóganes, rótulos y etiquetas siempre verdes, la pseudorreligión «ecolojeta» sigue avanzando con la fuerza que le proporciona el pánico mediático, escenificado  en espectáculos y proclamas ad hoc, a los que se suman las grandes empresas y el Estado. El ser humano «pensante»,  reducido a ser humano «sintiente», deglute con facilidad la almibarada doctrina para «buenistas low cost».   

La controversia se plantea cuando el ser humano, «poseído por su egoísmo», pretende seguir «viviendo bien». El automóvil privado, el uso del avión, la climatización del hogar, los consumos de refrescos, de carnes, de pescados, en definitiva, su propia existencia le convierte en un contaminador que, insultado por el poder político con el término «derrochocólico», debería desaparecer o reducir su existencia al mínimo, en aras de un planeta impoluto, cuya finalidad, según el fetichismo «neoecolojeta», lo interpreta a modo panteísta.

El barco no existe para cuidarlo –aunque haya que hacerlo- sino para navegar. El medio  ambiente deber ser cuidado con el esmero que merece nuestra casa. El confort no es un fin en sí mismo. Cuando así se concibe, lo único que promueve es  el empequeñecimiento que cobija a la mezquindad.  El consumismo ofrece soluciones de oropel, para dar respuesta a inquietudes humanas muy reales, mediante objetos materiales que falsifican la esperanza. No se pueden satisfacer necesidades de orden espiritual y moral con respuestas de orden material.    

Dicho lo anterior, que debe ser tenido muy en cuenta, hay que respetar la correcta relación entre el ser humano y la naturaleza. La naturaleza no es el absoluto. La dignidad del ser humano procede del reconocimiento del valor absoluto que le que confiere una realidad que le trasciende, que tiene un carácter absoluto. ¿Cómo puede el ser humano merecer respeto absoluto si está privado de todo vínculo con lo absoluto?  Las consecuencias de negar esta realidad pueden conducir a la búsqueda de respuestas sometidas al reduccionismo materialista, bien de orden consumista o de la absolutización fetichista que convierte el medio natural en una pseudodivinidad. Si observamos la realidad del nuevo orden mundial comprobaremos que ambas van más unidas de lo que quieren aparentar.  

La revolucionaria igualdad de clases sociales ha evolucionado hasta plantear la igualdad de las especies. El ecologismo animalista, que humaniza a los animales y animaliza al ser humano,  se amplía a vegetales e incluso minerales. El ser humano no tiene más derechos que las otras especies.  La primera ley ecológica fue proclamada por Hitler en 1933, para la protección  de los animales y dos años después la hizo extensiva a toda la naturaleza -con exclusión de algunos seres humanos, a los que consideró que no debían formar parte de ella-.

Tener derechos implica la capacidad de asumir deberes. Por ello, solo el ser humano reúne está condición. Los animales, vegetales y minerales no poseen derechos. Somos los humanos los que tenemos obligaciones para con ellos. A los que incluyen al animal entre «los pobres del mundo» hay que recordarles que hasta la Internacional canta: «no más deberes sin derechos, ningún derecho sin deber».

La eliminación de la humanidad se plantea en el Deep Ecology. El planeta,  convertido en un fetiche panteísta, debe ser protegido de la actividad humana, sacrificando a millones de personas como precio a pagar.  

El Club de la Islas reúne a miembros de casas reales europeas, así como a grandes multinacionales. El hoy difunto, Felipe de Edimburgo, cabeza del club, propuso la reducción de la humanidad a mil millones de personas. Esto supondría la desaparición de siete mil millones de seres humanos. Doy por supuesto que, tanto su real persona como sus acólitos en el club, no se incluían entre los afectados. 

En Estados Unidos, el Movimiento para Extinción Voluntaria de la Humanidad,  proponía el aborto sistemático y la aplicación de incentivos fiscales por la esterilización. 

Más allá todavía, en la publicación Earth First Leter, en 1991, se proponía considerar el infanticidio selectivo de las niñas, para lograr la extinción de la humanidad. 

«Una élite reconvertida en ingenieros sociales determina que es lo correcto y que camino debe seguir el rebaño […] Muchas empresas, bancos, multinacionales, deportistas, influencers etc. abrazan la idea y promueven la nueva agenda ideológica y enormes dosis de moralina al consumidor». (Jano García, El rebaño)

«Llamarnos egoístas a gente como usted y como yo, que además de bellísimas personas pagamos religiosamente los impuestos que financian los ocios de esta barahúnda de megaconcienciados y sus viajes de turismo vía ONG’s, me parece como mínimo una falta de respeto». (Pablo Molina)

Para muestra sirve este botón: «Mis tres objetivos principales serían reducir la humanidad a 100 millones en todo el mundo, destruir la infraestructura industrial y hacer resurgir las zonas silvestres, para que sus especies al completo tomen el mundo» (Dave Foreman, ecologista estadounidense). Las barbaridades, que hoy parecen imposibles, mañana pueden llevarse a la práctica. Solo es necesario que las personas cabales no hagan nada, dejando calar, como lluvia fina, las doctrinas edulcoradas sobre las cabezas de la masa de «buenistas low cost». Los peores momentos del siglo XX así lo atestiguan.

Lo justo no tiene por qué ser legal: El apartheid era legal; la esclavitud era legal; La segregación racial era legal; las leyes de Núremberg eran legales

Jano García

IGLESIA DE SANTA ANA (Moratalaz) ~Repartiendo arte~

MANUEL LIEDANA DE OTAZU

Durante los últimos meses he llevado a cabo mi trabajo de fin de grado. Éste trataba sobre las iglesias del arquitecto español Miguel Fisac, nacido en el año 1913 y cuya obra se extiende por toda la segunda mitad del siglo XX. Su obra religiosa es, además de muy amplia, muy interesante por la renovación que supuso en esta clase de edificios. 

El trabajo me llevó por buena parte de la geografía española para visitar sus iglesias. Desde Madrid, donde tiene múltiples construcciones, hasta los Pirineos, donde tiene unas pequeñas parroquias en Jaca y en Canfranc. Pasando por Vitoria, donde se encuentra la iglesia de la Coronación. Esta investigación y viajes, me motiva a volver a escribir en este blog, donde trataré de explicar brevemente en distintas entradas las iglesias que he ido estudiando.

Iglesia de Santa Ana en Moratalaz

Comenzaremos por la primera iglesia que realizó Fisac tras el Concilio Vaticano II. La iglesia de Santa Ana se ubica en Moratalaz y se construyó en 1965. Es la primera iglesia que Fisac realizará bajo los nuevos preceptos del nuevo rito litúrgico. Este nuevo rito hacía que el fiel no fuera un mero asistente, si no que participase de lo que en la misa sucede. Esto supondrá un gran cambio en la disposición de los asistentes y de la organización del presbiterio.

De esta forma, Fisac idea un espacio de reunión, donde el altar se acerca a los bancos, y estos lo rodean y abrazan. Así, lo que sucede en el altar está, de algún modo, en medio de los fieles que además se ven las caras y forman parte del rito de la misa. Unida a la disposición rodeando el altar, la pendiente hacia el presbiterio hace que todos los asistentes puedan verse y ver lo que está sucediendo.

Hablemos ahora del acceso. En sus iglesias anteriores, Fisac proyecta un espacio de transición entre el exterior y el interior. Un espacio donde el que va a entrar a la iglesia pueda pensar y preparase para el sitio al que va a entrar, donde pueda dejar atrás las preocupaciones del mundo exterior y crear una mirada de introspección. Esta transición la realiza a través de un porche previo a la puerta de acceso, donde la transición a un espacio cubierto y después a un espacio cerrado crea esa transición y preparación.

Iglesia de Santa Ana en Moratalaz

Para crear esa atmósfera de recogimiento que ayude al cristiano a rezar, Fisac coloca en la parte trasera unas ventanas muy opacas (ahora han sido cambiadas por unas de colores un tanto llamativos, de forma que se pierde esa sensación de penumbra). Estas ventanas opacas creaban en la zona de los bancos un espacio oscuro que contrastaba con la luminosidad del espacio del presbiterio. El altar tenía por encima un gran lucernario compuesto por unas lamas que daban dirección a la luz natural hacía el altar y el crucifijo de detrás. De esta forma la luz se quedaba en esa área. 

Iglesia de Santa Ana en Moratalaz

Este contraste entre luz y penumbra, no solo creaba dos espacios con sus distintos usos y significados, si no que también dirige la mirada del fiel hacia el altar, creando en él un foco centrador de todo el espacio interior de la iglesia.


Pío XII: ¿cómplice del régimen nazi?

JOSÉ MARÍA AIGUABELLA AÍSA

“Hay algo más alarmante que los silencios de Pio XII, son los silencios sobre Pio

Alexis Courvers

¿Por qué fue atacado sesenta años más tarde? Habrá que buscar la causa en otra parte.

El género de ficción histórica, caracterizado por incurrir en simplificaciones simplistas, ha difundido la idea de que la Iglesia adoptó una actitud indiferente frente al Holocausto y que el Papa Pio XII fue cómplice del régimen nazi. A su divulgación contribuyeron, de manera significativa, la obra teatral, El vicario, estrenada en 1963, así como la película, Amen, de 2002. La apertura de los archivos del Vaticano permitió la publicación de las Actas y Documentos de la Santa Sede relativos a la Segunda Guerra Mundial, que han contribuido al conocimiento histórico que enmienda la ficción. En ese sentido hay que citar la obra de V. Cárcel y J. Shenck, Pio XII, defensor de los judíos, Edicep, 2002.

Eugenio María Giuseppe Giovanni Pacelli nació el año 1876 en Roma, siendo ordenado sacerdote el 2 de abril de 1899. Tras prestar distintos servicios a la Iglesia como sacerdote, nuncio apostólico en Baviera y  obispo de Sartes, se ocupó, desde 1930, de la  Secretaría de Estado, durante el pontificado de Pio XI, a quien sucedió. 

En 1933, Hitler accede a la Cancillería de Alemania. En ese primer momento adopta un talante conciliador y se muestra favorable a establecer un concordato con la Santa Sede, que se firmó en julio de 1933. Este tratado permitía a la Iglesia disponer de un acuerdo al que aludir en caso de incumplimiento. La violencia nazi, desatada a partir del año 34,  también afectó los católicos alemanes.

El 2 de marzo de 1939, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Eugenio Pacelli sucede en el papado a Pio XI, con el nombre de Pio XII.

La situación de la Iglesia, amenazada por el avance del totalitarismo, aconsejó actuar a la luz de la prudencia y la discreción. Esto no significa, en modo alguno, que permaneciese pasiva. 

Eugenio Pacelli, siendo Secretario de Estado, había colaborado en la encíclica Con ardiente preocupación, publicada por Pio XI, en marzo del 37, en la que se señalaba a la ideología nazi como contraria a la fe cristiana. 

En ningún momento, Pio XII, pensó  que Hitler fuera a proteger a la cristiandad frente al comunismo, lo que manifestó desde el primer momento:

  • En la alocución de Navidad de 1939, denunció la invasión de Polonia por nazis y comunistas.   
  • El Papa permaneció cinco años encerrado en el Vaticano, rodeado por el fascismo italiano, aliado del III Reich.
  • El 6 de marzo de 1939 mandó difundir, por medio del Santo Oficio, una denuncia sobre la política antisemita de Mussolini. 
  • En su primera encíclica (20-X-39), Summi Pontificatus, condenó el totalitarismo y el racismo. Fue prohibida en Alemania por la Gestapo.
  • Manifestó a Leon Bèrard, político francés: «Temo a Hitler más todavía que a Stalin».  
  • Corrió el riesgo de ser secuestrado y deportado a Alemania, cuando los nazis ocuparon Roma, el año 43. 

La difusión de las primeras noticias sobre el genocidio en la Europa del Este, tardaron en llegar a las democracias occidentales y al Vaticano. No lo hicieron hasta la primavera del 42, a través de las nunciaturas de Suiza y Eslovaquia. Los hechos, dada su brutalidad, así como la escasez de pruebas,  resultaban de dudosa credibilidad.   

En agosto del 42 tanto el Vaticano como Roosevelt, reciben e intercambian información, más concreta, sobre la violencia contra los judíos. Al igual que los aliados, el Papa descubrió muy tarde toda  la abominable situación creada por los nazis.

  • En la Europa de 1942, bajo el control nazi, las limitaciones informativas dificultaban que la voz del Papa pudiera ser escuchada al instante. Durante la Guerra, ni Roosevelt ni Churchill ni De Gaulle acusaron públicamente a la Alemania nazi de exterminar a los judíos. Pio XII, en la medida de lo que sabía habló y en la medida que podía actuó. «Pio XII actuó más que habló para evitar males mayores» Robert Kempner, jefe de las autoridades judiciales en Nuremberg». 
  • Dio órdenes a los nuncios de los países ocupados por el Reich para salvar silenciosamente a los judíos. 
  • La diplomacia vaticana consiguió proteger a miles de judíos en Eslovaquia, Croacia, Rumanía y Hungría. 
  • Cuando el 16 de octubre del 43 se produjo el arresto de judíos en Roma, 4.000 judíos fueron refugiados en el Vaticano y en conventos romanos. 
  • En 1944 se multiplicaron las gestiones para salvar a los judíos de las deportaciones. 

He aquí algunas muestras del reconocimiento y agradecimiento, por parte del pueblo judío, hacia la ayuda recibida por el Vaticano con el Papa Pio XII a la cabeza:

  • «Sin la asistencia aportada a los judíos por el Vaticano y las autoridades eclesiásticas de Roma, miles de refugiados judíos hubieran perecido». Capellán judío del 5º ejército americano, en 1944, tras la liberación de Roma.
  • El Congreso Mundial Judío, en nombre de toda la comunidad judía, ofreció al Vaticano 20.000 dólares en reconocimiento y gratitud por la protección tendida por Su Santidad a los judíos perseguidos.
  • En 1946, 78 judíos salvados de la deportación visitan al Papa para mostrarle su agradecimiento. 
  • «Le dije  -a Pio XII- que el primer deber era agradecerle y, a través de él, a la Iglesia católica, en nombre de la comunidad judía, todo lo hecho en diferentes regiones para socorrer a los judíos». Moshes Sharett, que llegó a primer ministro de Israel.
  • La Unión de Comunidades Judías de Italia proclamó, el 17 de abril de 1955, día de agradecimiento por la ayuda del Papa durante la Guerra. 
  • El 9 de octubre de 1958 falleció Pio XII. La entonces Ministra de Asuntos Exteriores de Israel, Golda Meir, declaró en la ONU: «Durante los diez años de terror nazi, cuando nuestro pueblo sufrió un espantoso martirio, la voz del Papa se alzó para  condenar a los verdugos, y para expresar su compasión por la víctimas».
  • «Los judíos se acordarán siempre de lo que la Iglesia hizo por ellos, por orden del Papa, en el momento de las persecuciones raciales». Rabino Elio Toaff en 1986.
  • «La intervención del papa Pio XII permitió salvar a decenas de miles  de judíos durante la guerra».1963, Maurice Edelman, Presidente de la Asociación Anglojudía.  
  • «[…]El Papa personalmente, la Santa Sede, los nuncios y toda la Iglesia católica salvaron entre 150.000 y 400.000 judíos de una muerte segura». Pinchas Lapide, cónsul de Israel en Milán. Años después el mismo  autor revisó las cifras elevándolas.

«Toda la generación de los supervivientes del Holocausto da testimonio de que Pio XII fue auténticamente un Justo». Año 2001, David Dalin, rabino en Nueva York. Además pidió que Pio XII fuera reconocido por Israel como «Justo de las naciones», pues «el papa Pacelli fue el mayor apoyo de los judíos».

«Después de muchas zozobras y oraciones, he llegado a la conclusión de que una protesta por mi parte, no solamente no hubiera beneficiado a nadie, sino que hubiese provocado las más feroces reacciones contra los judíos y multiplicado los actos de crueldad. Quizá una solemne protesta me hubiese aportado las alabanzas del mundo civilizado, pero habría provocado una persecución contra los judíos  todavía más implacable que la que padecen. Amo a los hebreos; precisamente entre ellos, pueblo elegido, nació el Redentor»

Confesión de Pio XII a Piero Scavezzi, capitán militar italiano.

Referencia de las citas en J. Sevilla, Históricamente incorrecto.


Enero del 23

PUEBLA. 02/05/2020. ABC

ADOLFO GARCINUÑO GIL

23 del año 2000. España resquebrajada de norte a sur, de este a oeste. Este año habrá elecciones y el pueblo decidirá. La decisión de suicidarse o no.

​La moción de censura sanchista de aquel mes de junio de 2018 fue presentada como un intento de regeneración de la democracia. Esa intención se vertió por el sumidero y rebosó en un proceso de degeneración de su sistema democrático: se han dinamitado los consensos constitucionales en busca de la confrontación permanente. Las leyes, que son de pompas de jabón, cuya exigencia es burdamente resbaladiza, se han pactado con quienes comenten el delito. Despedazando el Código Penal en pos de sus verdugos se abraza a la infamia y se blanquea la delincuencia a plena luz del día.

​El futuro de las democracias radica en la separación de poderes y su sometimiento al imperio de la ley. Se ha de ejercer un control sobre el Ejecutivo para que no impere la voluntad de quien porta el bastón de mando. Bien lo explicó Montesquieu.

En el teatro español los actores de la obra niegan la realidad a los espectadores, diciéndoles que todo es una ensoñación, y éstos se han dado cuenta que la única manera de despertar es votando en las elecciones venideras, aguardadas como unas de las más importantes de la democracia. España seguirá trotando y se parará justo al borde del abismo esperando respuesta.

Hasta entonces se rociará a la sociedad con el perfume de la crispación. Unas gotitas todos los días.


La vida apasionante de Antoine De Saint Exupéry: más allá de El Principito

IGNACIO LEONARDO PUEYO BESTUÉ

El Principito lleva tres cuartos de siglo encandilándonos, pero su actualidad es más acuciante que nunca. Humanismo, naturaleza, preocupación por los demás: todos ellos son temas que recorren El Principito, pero también toda la obra y la vida de un gran escritor por redescubrir.

Antoine de Saint Exupéry nació con la aviación. De niño le fascinaban las hazañas de los pioneros. Como piloto, participó en la aventura Aéropostale en África y Sudamérica. También participó en peligrosas incursiones. Su pasión también le llevó a imaginar innovaciones técnicas y a popularizar la aviación a través del cine.

En octubre de 1926, Antoine de Saint Exupéry fue contratado por Lignes Aériennes Latécoère (más tarde Aéropostale), que transportaba correo a Casablanca y Dakar, y luego a Sudamérica. Se convirtió en jefe del aeródromo de Cap Juby (Marruecos) en octubre de 1927, y permaneció durante un año en este puesto perdido entre el mar y el desierto, en un desierto, en una privación total. En septiembre de 1929, fue nombrado Director de Operaciones de Aéropostale Argentina y se trasladó a Buenos Aires, donde abrió nuevas rutas.

Pero la vida de Antoine también está tejida de vínculos con sus amigos, los de la infancia, los de la Línea como Mermoz o Guillaumet, los del exilio, los del combate. Amistades de las que no espera necesariamente grandes demostraciones. La amistad es un estado. “Mis amigos me ayudan existiendo”, escribió a uno de ellos.

En 1935, Antoine de Saint Exupéry informó desde la URSS. Apenas denuncia el régimen soviético. Lo que le interesa son los seres humanos. En el tren que le llevó allí, observó a un niño de mineros polacos pobres que volvía a casa. Un “Mozart asesinado”, escribió. También visitó dos veces el frente de la Guerra Civil española. Una guerra que se parecía más a una enfermedad que a una batalla. “Disparamos más que luchamos”, escribe. También narra el bombardeo de ciudades y se da cuenta de que: “unifica a la población en el horror mútuo en lugar de amedrentarla”.

Antoine de Saint Exupéry llegó al norte de África en abril de 1943. Ascendido a comandante, se unió a sus camaradas del 2/33, pero no llevó a cabo su primera misión de guerra en el P38 Lightning hasta el 21 de julio. Entonces tuvo que abandonar su escuadrón y luchar para ser readmitido en el servicio activo. La autorización para combatir le fue devuelta en la primavera de 1944. Después se reunió con sus camaradas en Alghero, en Cerdeña, y luego en Córcega, en Borgo. De este aeródromo despegó la mañana del 31 de julio. Nunca regresó a la base y fue dado por desaparecido. Al año siguiente, fue reconocido como “Muerto por Francia”.

Durante más de medio siglo, la muerte de Antoine de Saint Exupéry ha sido un misterio. Su familia no sabe qué le pasó exactamente. El 7 de septiembre de 1998, el brazalete de Antoine de Saint Exupéry fue recuperado del mar frente a Marsella. Los restos de su avión fueron identificados en 2000.

Su obra más conocida, El Principito, inicialmente se publicó en francés e inglés en Estados Unidos ya en 1943, fue en abril de 1946 cuando el libro empezó a ser distribuido en Francia por Gallimard. Desde entonces, nada ha frenado el éxito del libro, que ya se ha traducido a 457 idiomas y dialectos y vendido más de 11 millones de ejemplares sólo en francés.

-¿Qué significa “domesticar”?
-Es algo que se ha olvidado -dice el zorro-. Significa “unir…”.
-Si me domésticas, mi vida será como el sol. Conoceré un sonido de pasos que será diferente de todos los demás. Los otros pasos me llevan bajo tierra. Los tuyos me llamarán a salir de la madriguera, como la música.
(Extracto de El Principito)

Un mensaje de humanismo, a menudo poco conocido por el gran público, que nuestra época necesita desesperadamente oír y escuchar hoy. Hay escritores cuyos escritos se convierten en intemporales, sin duda porque cada generación que pasa puede identificarse fácilmente con su obra y su vida. Antoine de Saint Exupéry es uno de ellos.

Este buscador de espiritualidad fue un patriota en el noble sentido de la palabra y un luchador que hizo caso omiso del odio; ¿qué mejor lección para nuestra época, plagada de pasiones comunales? ¿Por qué odiarnos a nosotros mismos?

Esta gran persona, que confiesa ser de su infancia como otros de un país, habla al niño que hay en nosotros; ¿y qué adulto no alberga en su interior al niño que un día fue? Este técnico, inventor en su tiempo, evoca un mundo frío, duro y mecánico, y la necesidad de recuperar las cosas sencillas y esenciales de una vida auténticamente humana: el amor, la amistad, la fraternidad, la fidelidad, la solidaridad, la responsabilidad, la belleza del mundo; y que, ya en los años treinta, alertaba al mundo de la necesidad de proteger nuestro frágil planeta. Este hombre, a través de El principito, nos dio una receta para una vida que merezca la pena. Y sin duda, merece ser releído tantas veces como uno necesite recordar todas las grandes verdades que posee en su interior.

“Si busco en mis recuerdos los que me han dejado un sabor duradero, si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me encuentro con aquellas que no me procuraron ninguna fortuna.”

ANTOINE DE SAINT EXUPÉRY

¿Por qué Gibraltar es una colonia inglesa?

JOSÉ MARÍA AIGUABELLA AÍSA

«La toma de Gibraltar en 1704 fue un acto de piratería»

William C. Atkinson  (1902-1992), autor, entre otros libros, de  A History of Spain and Portugal. 

Desde mediados del siglo XVII, en la época de Oliver Cromwell las acciones  por parte de Inglaterra, en aras de incorporar Hispanoamérica, se sucedieron.

A comienzos del siglo XVIII se produjo un cambio de dinastía en el trono español. En el año 1700,  al morir sin descendencia Carlos II, deja de reinar la dinastía de Austria o Habsburgo, disputándose el trono de España el archiduque, Carlos  de Austria, y el nieto de Luis XIV de Francia, Felipe de Anjou,  que terminó ocupando el trono español como Felipe V. 

La enemistad entre Inglaterra y Francia encontró campo de enfrentamiento en la guerra de sucesión de España. Austria, Inglaterra, Holanda, Saboya, Portugal, Prusia y los príncipes alemanes formaron la Gran Alianza, en favor del archiduque Carlos, declarando la guerra a Luis XIV de Francia y a su nieto y candidato al trono español, Felipe  de Anjou. 

El 1 de agosto de 1704 una flota angloholandesa tomó posiciones para incorporar Gibraltar a la causa del archiduque Carlos, en favor de la cual intervenían en la Guerra de Sucesión al trono de España, nunca con ánimo aparente de anexión a Inglaterra. La rendición de la plaza gibraltareña a la flota inglesa resultó fácil, dada la gran desproporción entre los recursos de la flota sitiadora y de los defensores. No obstante, el jefe naval de la expedición, George Rooke, traicionando la causa por la que combatía, adjudicó la toma del Peñón a la reina de Inglaterra.

La Guerra de Sucesión finalizó con el Tratado de Utrecht, del que forma parte el Tratado de Paz y Amistad entre España y Gran Bretaña de 1713, en cuyo artículo X  se acuerda la cesión de Gibraltar con tres condiciones clave: 

  • La limitación del territorio cedido; 
  • La falta de comunicación con zonas vecinas; 
  • El derecho de retrocesión a España en caso de que Gran Bretaña quisiera cambiar el régimen pactado.

«Interpretando esta última condición, el presente análisis concluye que según el Derecho Internacional hay razones para mantener que España ha recuperado ya sus derechos sobre Gibraltar, aunque continúe una presencia británica. Esto se debe al cambio del estatuto de Gibraltar que el Reino Unido llevó a cabo a través del referéndum de 2002 y la Orden Constitucional de 2006». (https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/gibraltar-y-el-tratado-de-utrecht. Consultado el 9-11-2022).

España había intentado recuperar Gibraltar por la fuerza en 1704-1705; 1727 y 1779. En las tres ocasiones fracasó.

En la década de 1960, Gibraltar se registró en la ONU como territorio a descolonizar, a instancias del Reino Unido, con el trasfondo de dotar a la colonia de un estatus jurídico internacional para lograr la liquidación del tratado de Utrecht. El proyecto no prosperó. 

En 1964 la ONU definió la situación jurídica de Gibraltar como una colonia. La resolución 2353 establece: «Toda situación colonial que destruya parcialmente o totalmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los y principios de la Carta  de las Naciones Unidas». 

En 1968  la ONU pidió al Reino Unido que concluyera la situación de Gibraltar antes del 1 de octubre de 1969.

En mayo de 1969, dados los incumplimientos por parte del Reino Unido, el gobierno de España cerró toda comunicación con Gibraltar, mediante el cierre de la verja (la Verja de Gibraltar es la denominación que da España a la línea de control militar entre la colonia británica de Gibraltar y el municipio gaditano de La Línea de la Concepción, en el istmo de Gibraltar). Esta medida originó gran perjuicio a la economía del Peñón. 

En el año 1985 el gobierno socialista decidió la apertura de la Verja. Desde entonces Gibraltar ha reflotado económicamente como paraíso fiscal y sede del juego online, en detrimento de las zonas españolas circundantes.

 En conclusión: «La cesión de Gibraltar, hecha por España a Gran Bretaña en 1713, no significa un traspaso de soberanía plena, porque Reino Unido no puede disponer como quiera de esa posesión, sino una transmisión de la propiedad y el uso con ciertas condiciones».

  1. El análisis de las tres condiciones pactadas revela en primer lugar, por lo que se refiere al territorio, que el Reino Unido ocupa la zona del istmo sin título jurídico para ello. 
  2. La segunda condición (“sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra”) ha sido levantada por España desde 1985 con el fin de favorecer los intercambios y avanzar en las negociaciones para la retrocesión. Sin embargo, el resultado de la apertura ha sido más bien un reforzamiento del estatuto político y de la economía de Gibraltar en contra de lo que perseguía España, por lo que puede volverse a la situación anterior. 
  3. Finalmente, la tercera condición establecía claramente que España tenía derecho a “redimir” Gibraltar, es decir, dar por terminada la cesión, en el caso de que al Reino Unido le pareciera conveniente dar, vender o enajenar de cualquier modo la propiedad cedida. Esta situación se ha confirmado desde 2006, cuando el Reino Unido ha sometido una nueva Constitución a Gibraltar que asegura un estatuto de auto-gobierno. […] el Reino Unido ha decidido “enajenar” su propiedad a la población existente en Gibraltar, producto de cambios sucesivos en la historia, en contra de lo pactado en el Tratado de Utrecht. Por tanto, puede entenderse que, según el Derecho Internacional y haciendo una interpretación correcta del artículo X de ese tratado, la cesión de España ha terminado y se han recuperado los derechos soberanos de origen sobre el territorio cedido […]»

Martín Ortega Carcelén
Senior Research Fellow, Real Instituto Elcano

Con la aplicación del Brexit el Reino Unido quedó fuera del espacio Schengen. Tal vez fue la ocasión de reintegrar Gibraltar a la soberanía de España. En estos momentos España y la Comisión Europea presentan a Reino Unido una propuesta para que el Campo de Gibraltar sea una zona de prosperidad compartida. Las negociaciones no  presentan, de partida, fácil solución, teniendo en cuenta los precedentes. Por otra parte, ¿no es esto una forma de aceptación del estatus quo?

«El Peñón de Gibraltar fue tomado y retenido por Inglaterra cuando no estábamos en guerra con España y su apropiación fue contraria a todas leyes de la moral y el honor»

John Bright (1811-1889),  político liberal inglés.

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