La campaña electoral madrileña acaba de empezar y me recuerda a la catalana; Vallecas a Vils.
Barcelona, que no tenía nada que envidiar a Madrid, tuvo la oportunidad de ser la ciudad vanguardista de España, esa oportunidad la doblaron, cual papel de canuto, y la quemaron. Que le vamos a hacer si quiso pegarse tiros en los pies, más nos pesa a los demás: a sus comerciantes, sus hosteleros, sobre todo.