No sé, no sé

¿Amarga victoria o dulce derrota? ¿Los experimentos mejor con gaseosa?

La Nueva Política sólo trajo fragmentación e inestabilidad, fruto de ello fue el apogeo de los localismos; la llamada España vaciada. La defensa de los intereses locales es legítima, pero cabría pensar que detrás de algunos de esos localismos, cuyos orígenes están en las promesas en vano, se esconden más intereses personales que vocación de servicio. Los grupos localistas provocan la división en los parlamentos que desemboca en la ruptura del interés general.