La Inquisición española puso fin a la ‘caza de brujas’

Recientemente el Parlament de Cataluña propuso rehabilitar a las catorce brujas que, en el siglo  XVII, fueron ahorcadas en y por la población de Viladrau. Este tipo de noticias reactivan la propaganda que presenta a una España fanatizada por la Inquisición. La realidad es que España fue el país de Europa en que menos brujas fueron quemadas gracias al rigor jurídico de la Inquisición.  

Esa meretriz llamada libertad

Una puta, una meretriz, prostituida en ese gran lupanar en el que se ha convertido Europa: la libertad. Un fantasma recorre Europa, diría Marx; el fantasma de la libertad, añadiría Buñuel. Esa puta, esa meretriz que todos los hombres dicen amar mientras pagan por poder violarla. Todos dicen estar enamorados de ella, le prometen el oro y el moro, pero a la hora de la verdad acaban volviendo a sus vidas de esclavos y se olvidan de haberla conocido. El hombre moderno escoge sus servidumbres.

Ganas de joder

Decía Churchill que la democracia no es la mejor manera de gobierno, sino la menos mala. Y tenía razón, porque lo cierto es que como sistema tiene también muchos defectos, sobre todo la pornografía de medidas y decisiones o las políticas de calentar en el microondas, al punto de frustrar cualquier intención seria de servicio público en el más amplio sentido de la palabra.

Extraño 2022

En este último mes, las administraciones de todo pelo, junto con su cohorte de expertos y medios adláteres, nos han dado una murga comunicativa al menos tan ambivalente, contradictoria y ridícula como en las semanas previas a la gran suelta de miasmas del 8-M en 2020, efeméride que recogerán los libros de historia como la explosión del coronavirus en España.

Feliz Navidad, Ursula

Como ellos mismos dirían…”deeply” cabreado con la última mamarrachada ocurrencia de la Comisión Europea. Ayer descubríamos que la Comisión Europea había hecho público un documento en el que exhortaba a sustituir la tradicional fórmula “feliz Navidad” por un somero “felices fiestas”. Esta tontería se hacía, como no, en pro de la “inclusión”. Los de Bruselas en su ridícula línea: cuesta abajo y sin frenos.

A %d blogueros les gusta esto: